_
_
_
_

El PP asegura que el primer caso se detectó hace 12 años en Vizcaya

Una de las mayores preocupaciones de la oposición en la Cámara vasca ha sido determinar el origen de la enfermedad. El parlamentario socialista José Luis Anda inquirió sobre este punto al consejero de Agricultura, quien aseguró que el hongo, que afecta a las plantas con heridas, bien de poda o de inclemencias meteorológicas, llegó por vía aérea cruzada, por esporas. Recalcó que no había constancia de que se hubiera producido en viveros o mediante semillas, como se había venido especulando en el sector.

Ahora, sin embargo, todo apunta al vivero de la empresa pública Oihanberri, ubicada en Laukiz y constituida por el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya, pero que fue disuelta el pasado año. El PP asegura que, según la documentación en su poder, en 1994 se recibieron muestras de plantas de pino con las puntas secas procedentes del vivero de la Laukiz. La semilla provenía de Nueva Zelanda.

El juntero vizcaíno Arturo Aldecoa, quien ha recopilado estos datos, pretende solicitar una comisión de investigación en las Juntas Generales sobre este asunto, una vez se constituyan tras las elecciones del pasado domingo. A su juicio, la Diputación ha actuado de manera errónea, pese a conocer esta afección hace diez años.

El cáncer del pino ha hecho estragos en las masas forestales de California (EE UU), México o Chile antes de llegar a Euskadi. El hongo se extiende por el aire y afecta al pino por las heridas de poda o inclemencias meteorológicas como los granizos.

El riesgo de propagación es tan grande que el decreto del Gobierno central incluye la obligación de desinfectar las herramientas de explotación, "especialmente las de corta y poda, después de efectuada la operación en cada ejemplar". El ministerio establece una cuarentena de dos años en las zonas donde se haya detectado el fusarium.

La normativa indica que la madera infectada debe eliminarse en el mismo lugar, si fueran masas forestales. Sólo existe la posibilidad de trasladar el material, para su conversión en papel o tableros, a serrerías autorizadas con secadores donde la madera debe calentarse a 56 grados durante al menos 30 minutos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_