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Hombres con uniforme policial secuestran en Irak a cinco británicos

Ocho soldados de EE UU mueren en ataques de la insurgencia en la provincia de Diyala

El primer ministro británico, Tony Blair, se enfrenta a una crisis de rehenes en sus últimas semanas en Downing Street después de que el Foreign Office confirmara que cinco ciudadanos británicos fueron secuestrados ayer en Bagdad, en una espectacular operación llevada a cabo por docenas de hombres armados y en uniforme de policía. Se cree que otros tres ciudadanos alemanes también fueron secuestrados.

El secuestro se produjo en un edificio del Ministerio de Finanzas iraquí, en el centro de la capital, y se estima que es la primera vez que ocurre un hecho semejante en un edificio oficial.

Cuatro de los secuestrados trabajaban en Bagdad como agentes de seguridad, contratados por la compañía canadiense GardaWord, con sede en Montreal, uno de los principales suministradores de guardias de seguridad occidentales en Irak.

Según estimaciones oficiosas del Pentágono, que algunos juzgan conservadoras, hay unos 20.000 occidentales -muchos de ellos antiguos soldados- trabajando como agentes privados de seguridad en el país.

El quinto secuestrado es un economista que estaba custodiado por los cuatro agentes, y que está empleado por la empresa BearingPoint, con base en McClean, en el Estado nortemericano de Virginia. La crisis ha pillado al primer ministro británico en Libia, en el inicio de una gira de varios días por África dentro de su programa de despedida del poder.

Aparentemente, los secuestradores llegaron en varias decenas de vehículos y bloquearon los dos lados de la calle en la que se encuentra el edificio donde trabajaban los occidentales. Se especula con la posibilidad de que formen parte de una brigada rebelde de la policía iraquí, que está fuertemente infiltrada por grupos de milicianos.

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En los últimos años, han sido secuestrados 200 extranjeros y miles de iraquíes en el país. Se estima que unos 60 extranjeros han sido ejecutados por sus captores y los demás han sido liberados, normalmente a cambio de un rescate.

Si los captores de ayer forman parte de un grupo de milicianos suníes, lo más probable es que sean ejecutados después de ser utilizados varios días con fines propagandísticos. Si realmente se trata de policías y forman parte de la mayoría chií, los expertos estiman que tienen muchas más posibilidades de acabar siendo liberados si alguien paga el rescate.

Por otro lado, el Ejército de Estados Unidos tuvo el lunes una jornada negra en Irak. Según informó ayer el mando militar en Bagdad, ocho soldados murieron en una mortífera cadena de acontecimientos en la provincia de Diyala (este de Irak), entre Baquba y Muqdadiya, que empezaron cuando un helicóptero Kiowa se estrelló, aparentemente a causa de los disparos de la guerrilla insurgente, muriendo los dos pilotos. Cuando dos vehículos militar se aproximaban al lugar donde cayó el aparato para prestar ayuda fueron alcanzados por una bomba que explosionó en una cuneta de la carretera, lo que produjo la muerte a otros seis soldados. El mando militar ha expresado su preocupación por el aumento de la violencia y la creciente presencia de Al Qaeda entre las milicias iraquíes, que se han trasladado a Diyala desde otras regiones de Irak.

Estas muertes elevan a 112 los soldados fallecidos en Irak durante el mes de mayo, el más sangriento en lo que va de año para las tropas de Estados Unidos. Desde que comenzó la guerra de Irak, un total de 3.456 soldados han muerto, además de siete civiles pertenecientes al Departamento de Defensa.

Un policía iraquí observa los cuerpos de víctimas de la violencia en Mahmudiya, sur de Bagdad, el pasado lunes.
Un policía iraquí observa los cuerpos de víctimas de la violencia en Mahmudiya, sur de Bagdad, el pasado lunes.REUTERS

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