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Elecciones municipales 27M | Las corporaciones provinciales

Tan denostadas, tan necesarias

Ginés Donaire

Las diputaciones provinciales viven, probablemente, sus horas más bajas. Lejos de consolidarse en el panorama institucional español, el desarrollo autonómico ha relegado a los gobiernos provinciales a un papel secundario. En Andalucía, tanto IU como PA abogan por su desaparición y el impulso de las comarcas, una figura que ya está regulada en 12 comunidades. Socialistas y populares defienden su continuidad por su labor de cooperación con los ayuntamientos (en especial con los más pequeños), aunque tampoco hacen guiños al desarrollo estatutario de las mancomunidades, áreas metropolitanas y consorcios. La profesora Mayte Salvador Crespo, de la Universidad de Jaén, resalta el "papel de primer orden" de las diputaciones como entes de intermediación política y de coordinación administrativa entre los municipios y las comunidades autónomas. "La atomización municipal se combate con la intermunicipalidad y ninguna institución ha demostrado por el momento su eficacia y su implantación en el territorio como las diputaciones", añade.

El Estatuto de Autonomía encomienda a las diputaciones funciones de "asesoramiento, asistencia y cooperación con los municipios, especialmente los de menor población". Sin embargo también deja abierta la puerta para que el Parlamento regule por ley la creación de comarcas.

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