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Reportaje:Elecciones 27M

Cuando la ciudad te da la espalda

Alfonso Alonso ha pagado en las urnas la indefinición de su proyecto para Vitoria y su falta de cercanía a los ciudadanos

Alfonso Alonso se convirtió el domingo por la noche en el primer alcalde de una capital vasca que se presenta a la reelección y sale derrotado de las urnas. "No es lo mismo perder unas elecciones que no ganarlas", matiza el ex alcalde de Vitoria, José Ángel Cuerda. El veterano nacionalista, cuyo carisma le permitió vencer sucesivamente con el PNV, con EA y de nuevo con el PNV, considera que no están claras las razones de la victoria del socialista Patxi Lazcoz. Sí entiende que las excesivas atribuciones que otorga la actual ley al alcalde y al equipo de gobierno pueden encontrarse detrás de estos resultados: "Antes, estábamos más obligados al pacto, al acuerdo; ahora quizás los alcaldes gocen de excesivo poder".

"No sólo hay que saber pactar con el resto de los grupos políticos, sino seducir", dice un comerciante

Lo cierto es que la Vitoria que ha tenido que gobernar Alfonso Alonso no es la misma que gestionó Cuerda, apunta Javier Ugarte, profesor de Historia Contemporánea de la UPV y buen conocedor del acelerado crecimiento de la capital. "Se necesita un proyecto de ciudad consensuado, que ilusione a los vecinos, que le dé una personalidad definida y que marque el rumbo para un periodo largo. Y para ello es necesario un alcalde con capacidad de liderazgo que, quizás, Alfonso Alonso no ha tenido", opina.

A ello se ha sumado el escaso cultivo de la cercanía con el ciudadano que se entiende implícita en la gestión municipal. Miembros del tejido asociativo de la ciudad reconocen que Alonso no ha bajado a la calle. "En general, éste es un defecto de toda la clase política vitoriana; que no llegan a conectar con la realidad de la ciudad", aclara Javier Mendoza, presidente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo. Echa en falta "un proyecto de ciudad ilusionante", "vender Vitoria como concepto" y considera que, en un Ayuntamiento sin una mayoría clara, para conseguir que este proyecto fragüe se requiere "no sólo pactar con el resto de los grupos políticos, sino seducir, y además con su correspondiente precio".

No es momento de cargar las tintas en el equipo de gobierno o en la oposición, indica José Ángel Cuerda. "Cada cual tendrá que reflexionar sobre su trayectoria. Se debe reconocer que en los grandes proyectos, con cuya realización discrepo personalmente, ha habido un consenso de base". El ex alcalde se refiere al Centro Comercial Boulevard, a la nueva plaza de toros, el tranvía o el tren de alta de velocidad. Pero la vida municipal va más allá que esas infraestructuras. El historiador Javier Ugarte apunta que una de las claves de la pérdida de 4.000 votos por el PP se encuentra en la presión que ha recibido Alfonso Alonso en los últimos meses. "La tensión en la política local ha pasado factura, sin duda".

José Luis Bezares, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Álava, comparte esta impresión. "El desgaste que ha sufrido el gobierno del PP por las presuntas irregularidades urbanísticas ha tenido sus consecuencias", dice Bezares, pese a estimar que los medios de comunicación les han prestado "una atención desmesurada". El dirigente vecinal confía en que las promesas que han incluido todos los partidos en sus programas sobre la participación vecinal se cumplan. "Nosotros hemos mantenido buenas relaciones con todos, por eso creo que a los vecinos el cambio no nos va afectar".

Estos pequeños escándalos o la indefinición en el modelo de ciudad han podido ser determinantes en la derrota del PP, pero las relaciones con los movimientos vecinales tampoco han servido para trasladar una imagen cercana de Alfonso Alonso como alcalde. Así lo entiende Javier Mendoza, que habla de "falta de conexión" o Guillermo Perea, presidente de la asociación Zazpigarren Alaba, que cubre los barrios de Arana, Aranbizkarra y Aranzabela. "En estos cuatro años, se ha vivido un abandono de la interlocución con los barrios, un auténtico fracaso del modelo participativo del que presumieron en su momento".

"Creo que Alonso y su equipo de gobierno han pecado de algo más que de soberbia; reiteradamente se han negado a recibir a los vecinos cuando acudíamos con problemas". Guillermo Perea se refiere a cuestiones como la apertura de una discoteca, el arreglo de una calle, cuestiones que no incluyen crítica política. "Se reunieron con nuestra asociación nada más ganar en 2003; primera y última vez: nos dijeron a todo que sí para luego no cumplir nada", recuerda.

Perea recuerda que esta relación nula se ha vivido en asuntos como la subida del Impuesto de Bienes Inmuebles en un 40%, lo que provocó la movilización de los vecinos en toda la ciudad, ante la indiferencia durante meses de Alonso. "Sólo planteamos al próximo equipo de gobierno que no caiga en estas práctica y que constituya el Consejo de Participación Vecinal", reclama.

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