_
_
_
_
Juicio por el mayor atentado en España | 11-M
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ana y los lobos

¡Qué escena tan surrealista! Plano general: la jefa del laboratorio químico de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos declara detrás de una fila en la que están sentados seis peritos. Algunos letrados de las autodenominadas acusaciones de víctimas usan un tono manifiestamente hostil en su manera de preguntar. ¿Qué ha hecho esta mujer para merecer semejante trato?

Un extranjero que ha llegado pregunta: ¿por qué tanta agresividad? Uno trata de bajar el ruido. No es nada personal, no. Tienen que intentar llevársela por delante porque así lo exige el guión de esta película de cuarta categoría. Se necesita al director Carlos Saura en la sala. Para hacer planos similares a los de Ana y los lobos, parábola de la impostura política y social de una España que se metamorfosea, en la sesión de esta tarde, en una descripción de la impostura mediático-política de hoy.

Algunos letrados usan un tono muy hostil en su forma de preguntar
Un extranjero que llega pregunta: ¿por qué tanta agresividad?

Ana, licenciada en químicas, es una mujer de edad mediana, de melena recientemente teñida color caoba, ojos grandes y nariz aguileña. Su abrigo de cuero negro realza quizá con más fuerza su tez blanca. Después de someterse a la primera fase de bombardeo, una vez que empieza el receso, corre a buscar unas notas manuscritas que el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, le ha ordenado aportar. Si en el camino uno se acerca para estrecharle la mano y le apunta, en tono solidario, que no la quieren bien, ella marca un mohín sonriente, como diciendo: "Se están ganando la vida, tienen que hacer su papel".

Al reanudarse la sesión, Ana entrega sus notas, escritas desde la mañana del 11 de marzo de 2004, el día de los atentados, cuando comenzó a hacer los exámenes sobre restos traídos de los focos de las explosiones, pasadas a limpio a toda prisa para que se puedan leer.

Sobre las 11 de la mañana de ese día, Ana recibía material recogido en los escenarios en que se habían producido los crímenes. Después de un trabajo urgente, según se le ha solicitado, escribe su primera valoración, reproducida más tarde en un informe entregado al juez instructor Juan del Olmo. "Sólo cabe concluir que se trata de explosivos tipo dinamita".

¿Por qué tras 20 años de servicio y miles de exámenes químicos dice Ana esto? "Es técnicamente imposible asignar el nombre comercial a dinamitas que han sufrido reacción explosiva, ya que en ella desaparecen determinados componentes, que son los que hacen posible tal designación".

Los expertos (cuatro del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil y cuatro de parte) nombrados por el tribunal para realizar una pericia más completa han llegado después de un trabajo de 90 días, aproximadamente, a la misma conclusión, que ayer fue sometida al juicio oral. Aquellos nombrados por los medios de la conspiración que han maltratado a Ana durante una campaña de años han empleado más tiempo, varios miles de páginas más que sus notas, finalmente admiten su incapacidad para determinar la marca comercial del explosivo.

Es posible que el juez instructor y la Fiscalía de la Audiencia Nacional tengan que precisar en su informe de conclusiones definitivas, que se producirá a finales del mes de junio próximo, que el explosivo usado fue una combinación de dos tipos -Goma 2 Eco y Goma 2 EC-, ambos fabricados en mina Conchita, en Asturias. Pero ni la conducta profesional de Ana, defendida ayer con entereza de mujer, ni la apuesta inicial de la instrucción sumarial por la primera de las marcas señaladas justifican una campaña organizada por los impostores de fuera y de dentro del juicio oral.

La jefa del laboratorio químico de los Tedax.
La jefa del laboratorio químico de los Tedax.SCIAMMARELLA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_