Detenidos cuatro instaladores de gas por hacer revisiones falsas
Los operarios cobraban por roturas que ellos habían originado
Primero rompían la instalación del gas adrede, y luego exigían al cliente-víctima grandes sumas de dinero para reparar los desperfectos. Así procedían cuatro operarios de una empresa de instalación de gas que se dedicaban a ir de casa en casa haciendo revisiones no autorizadas. Los Mossos d'Esquadra les detuvieron la semana pasada en El Prat de Llobregat. Uno de ellos había acompañado hasta un cajero a una señora para que le hiciera efectivo el pago de una de sus reparaciones ficticias.
Los cuatro operarios utilizaban, para cometer sus abusos, el vestuario y los vehículos de la empresa donde trabajaban desde hacía años. Su ámbito de acción eran algunos municipios del área metropolitana de Barcelona; por ejemplo, L'Hospitalet, Santa Coloma, Granollers, Mataró y El Prat, donde el pasado martes fueron arrestados. Están acusados de los delitos de estafa, falsedad documental y coacciones. Sus víctimas predilectas eran ancianas o, en su defecto, cualquier persona vulnerable que se encontrara sola en casa en el momento en el que ellos llamaban al timbre.
La excusa iniciática era siempre la misma: la necesidad de hacer una revisión de aparatos domésticos de gas -siempre gas butano, no trabajaban con gas ciudad- para garantizar la seguridad de la instalación. "Ni siquiera preguntaban cuándo había sido la última revisión", señaló ayer un portavoz de la policía autonómica. Cuando el cliente accedía a las exigencias, los operarios revisaban efectivamente la instalación. A veces, la cosa quedaba ahí: la víctima pagaba y ellos se marchaban. Pero en otras ocasiones, los presuntos estafadores iban más allá: realizaban cambios innecesarios, causaban desperfectos que no existían e incluso inutilizaban los sistemas de conducción del gas.
Pago bajo coacción
"Cambiaban, por ejemplo, el regulador de las bombonas de butano diciendo que estaba caducado, cuando en realidad este aparato se puede estropear, pero no caduca", señalaron las mismas fuentes. La víctima se veía entonces obligada a abonar, en efectivo, entre 70 y 100 euros por un apaño que minutos antes no habría necesitado. Si se resistía, el operario le amenazaba con marcharse de la casa, dejándole así sin servicio durante un tiempo indefinido. En la mayoría de ocasiones, la víctima accedía al pago. Podía ser, claro está, que no tuviera dinero en efectivo. Para los cuatro individuos -Juan José F. S., Lourdes R. R., Tomás R. S. y Cristina R. M.- eso no suponía ningún problema. Al contrario: se ofrecían a acompañar en coche a la víctima hasta la entidad bancaria más cercana. Allí sacaba el dinero y el operario se marchaba.
La operación policial pudo ponerse en marcha gracias al sentido común de un empleado de banca. Éste trasladó a una de las víctimas sus reservas sobre la forma de proceder del operario. Solamente en El Prat de Llobregat se han registrado, en las últimas semanas, media docena de denuncias por el caso de las revisiones de gas falsas. Los cuatro individuos que habían decidido sacarse un sobresueldo carecen de antecedentes penales y están en libertad con cargos.
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