Trias ve frustrado el cambio pese a la subida de CiU
La federación nacionalista obtiene 12 ediles en Barcelona, 3 más que los actuales
Un cambio frustrado. Convergència i Unió (CiU) no ha podido arrebatar a los socialistas su bastión más emblemático. Pese al incremento en número de concejales, tres más que en las últimas municipales, Xavier Trias se mantendrá otros cuatro años en la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona.
La federación ha logrado 12 concejales -hasta ahora tenía 9- frente a los 14 de los socialistas. "Perdemos", dijo Trias "pero con regusto a victoria". Josep Antoni Duran Lleida declaró: "La única fuerza política que ha subido en Barcelona ha sido CiU".
El ambiente que reinaba ayer entre los presentes en la sede electoral de CiU, en el hotel Majestic de Barcelona, era de escaso optimismo, aunque los nacionalistas nunca perdieron la esperanza porque los distritos menos abstencionistas eran tradicionales feudos de Convergència i Unió. Barcelona siempre se ha resistido a los nacionalistas, y ayer no fue una excepción.
CiU tenía depositadas grandes esperanzas en la candidatura de Xavier Trias. En las pasadas elecciones autonómicas del 1 de noviembre, la federación superó en más de 36.000 votos al Partit dels Socialistes. Por ello, el candidato hizo un llamamiento al cambio, a acabar con 28 años de gobierno monocolor en manos socialistas. Creía que, por primera vez, era capaz de dar un sorpasso en Barcelona y ganar.
Los ciudadanos han optado por la continuidad. No obstante, si Trias cumple su palabra dada en sus primeras elecciones como candidato, en 2003, permanecerá otros cuatro años en el Ayuntamiento de Barcelona.
El consuelo que les quedaba al centenar de militantes reunidos en un salón del hotel Majestic eran las capitales de comarca que CiU ha logrado arrebatar a otros partidos, como Tortosa, El Vendrell, Figueres, Banyoles y Berga. También, según los primeros datos, mantenía las diputaciones de Tarragona y Lleida.
CiU ha sumado 3.308 concejales en toda Cataluña. La federación ha perdido la única capital de provincia que le quedaba en Cataluña, Tarragona, y la cede a favor del Partit dels Socialistes, y no precisamente por la mínima.
Aunque Convergència i Unió gana en muchas localidades medianas de Cataluña, lo cierto es que la suma de partidos de izquierda podría arrebatarle algunas alcaldías. Lo más temido por CiU es que el tripartito del Gobierno catalán vaya extendiéndose como una mancha incapaz de frenar por toda Cataluña, como Manresa, Berga o Vilafranca del Penedès.
Los resultados de ayer seguramente requerirán una profunda reflexión en la dirección de Convergència i Unió, porque una vez desalojada de la Generalitat la federación va disminuyendo poco a poco su poder municipal. Aunque continuará siendo la primera formación en número de concejales, la mayoría de la población catalana continuará gobernada por la izquierda y, principalmente, por el Partit dels Socialistes.
El futuro dirá si el líder de CiU, Artur Mas, se atreverá con su principal asignatura pendiente. Una renovación de formas, fondo y mensaje que le reclaman sin cesar no sólo desde el territorio, sino también desde sus socios democristianos de Unió, con Josep Antoni Duran Lleida a la cabeza.
Duran ya advirtió que las elecciones de ayer no le irían bien a la federación porque aunque se presentaba en 921 de los 946 municipios catalanes, el resto de los grupos políticos aumentaron sustancialmente sus listas. Las tres formaciones del tripartito (PSC, ERC e ICV), por ejemplo, presentaron 400 listas más que en el año 2003.
Resultados adversos al margen, los dirigentes nacionalistas arremetieron directamente contra el consejero de Relaciones Institucionales y Participación, el ecosocialista Joan Saura, al que culparon directamente de la alta abstención registrada.
El secretario de política municipal de Unió, Antoni Castellà, lamentó que el consejero Saura hubiera llamado a la abstención en plena campaña electoral. "El tripartito tendrá que dar explicaciones de por qué nadie le desautorizó. Esta abstención sume al país en una depresión electoral y pone en crisis y en debate nuestro sistema", manifestó.
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