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Reportaje:

Arquitectura resuelta con formas de hueso

Una exposición en A Coruña recoge las soluciones de la viga ideada por Miguel Fisac, a los problemas constructivos

"La viga hueso de Miguel Fisac es un invento que pretende resolver en una pieza todos los problemas de la arquitectura". La explicación del comisario de la exposición Huesos Varios, Fermín González Blanco, sintetiza el gran logro de Miguel Fisac (Daimiel, Ciudad Real, 1913 - Madrid, 2006), el hombre que diseñó el colegio Santa María do Mar en A Coruña, los laboratorios de la Universidad de Santiago o la iglesia de Santa Cruz en Oleiros.

La muestra, que se inauguró simultáneamente en Madrid y Barcelona durante este mes y a finales de año se instalará en la Fundación Luís Seoane de A Coruña, plantea una investigación sobre los llamados "huesos" de Fisac. "Trabajamos como botánicos y realizamos una catalogación de todos los que hay en España", relata González Blanco, arquitecto asturiano con estudio en A Coruña. En el recuento y listado colaboró un equipo de más de cien personas coordinado por Fermín González Blanco desde A Coruña y en el que participaron los colegios de arquitectos de las demarcaciones con obras del manchego: Galicia, Cataluña, Madrid, Castilla-León y Cádiz.

La viga hueso, que Fisac desarrolló en la década de los sesenta, consiste en vaciar la pieza de hormigón mediante el uso del pretensado. La pieza adquiere forma de hueso y funciona en cuatro niveles a la vez. Según señala González Blanco, "hace de estructura, evacua el agua de lluvia, impermeabiliza y sirve de acabado". "Con el pretensado, permites que el hormigón, que aguanta tracción pero no compresión, pueda usarse sin armar, es decir, sin acero y con capas finas", indica Fermín González. "El hueso se acerca a ser la pieza arquitectónica ideal". Esta modalidad de hormigón se ha utilizado en la ingeniería civil pero apenas en la arquitectura, hasta el invento de Fisac, del que decía "pesa mucho y las zonas donde no trabaja, se pueden quitar".

El responsable de Huesos Varios relata cómo Miguel Fisac intentó introducir su invención en el mercado. "La industrialización de la viga hueso, que Fisac llevó a cabo en Cataluña, es la experiencia más apasionante de la vida del arquitecto", opina Fermín González Blanco. Sin embargo, Fisac no fue capaz de vender sus célebres "huesos". "Las vigas de Fisac son demasiado identificables, como una firma de autor, no son anónimas", dice, "y eso es un problema en el mundo de la arquitectura".

La exposición traza un recorrido fotográfico por la obra construida de Miguel Fisac. Las fotografías, del gallego Álex del Río, recogen edificios como el Centro de Estudios Hidrográficos en Madrid -la predilecta del comisario de la muestra-, la fábrica CIESA en Montmeló, las bodegas Garvey en Jerez o el colegio jesuita Santa María do Mar en A Coruña. "Pero las vigas hueso no son obra únicamente de Fisac", advierte González Blanco, "sino de Fisac y sus compañeros de viaje", los técnicos Ricardo Barredo y Vicente Peiró, a quienes se deben "sorprendentes inventos en el encofrado de piezas huecas".

Huesos Varios pretende ser, en palabras del comisario, "un reconocimiento a los maestros arquitectos de posguerra". "La exposición resultó, al final, mucho más grande de lo que planeamos al principio", continúa. Mientras la preparaban, en Vic, Cataluña, demolían un edificio de Fisac. "Nos enteramos en octubre, y acudimos allí a recoger trozos de las vigas hueso". Los restos de las piezas forman, a decir de González Blanco, "las joyas de la corona de la exposición".

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