Bayrou intenta afianzar el centro en Francia pese al sistema electoral

El centrista François Bayrou lanzó ayer el Movimiento Demócrata (MoDem), su arriesgada apuesta de encontrar un espacio entre la derecha gobernante y la oposición socialista. Los augurios no pueden ser peores. La deserción de la mayoría de sus diputados de la Unión por la Democracia Francesa (UDF) al refugio que les ofreció el presidente, Nicolas Sarkozy, y el sistema electoral mayoritario a dos vueltas pueden dejarle con una representación parlamentaria de una decena de escaños. Por otro lado, el primer secretario socialista, François Hollande, anunció que abandonará la dirección del partido en el próximo congreso.

Sólo la depresiva situación por la que atraviesa el Partido Socialista francés (PS), que afronta las legislativas del mes que viene cargado con el fardo de la derrota de su candidata, Ségolène Royal, en las presidenciales y sin haber podido ajustar cuentas a causa de la presión de la campaña, podría beneficiar a Bayrou.

Ayer, en la sala Zenith de París, ante unas 5.000 personas, el candidato centrista, que obtuvo casi siete millones de votos en la primera vuelta de las presidenciales (el 18,57%), aseguró que el MoDem cuenta ya con más de 70.000 afiliados, y arremetió contra los estrechos lazos de Sarkozy con los dueños de importantes medios de comunicación.

El MoDem presentará 535 candidatos -cubrirá el 92,8% de las circunscripciones-, una cifra que nunca había alcanzado la UDF, lo que en sí mismo ya es un éxito debido al escaso tiempo que ha tenido para confeccionar las listas.

Fugas hacia Sarkozy

De los 29 diputados con los que contaba el grupo de UDF en la anterior Asamblea Nacional, sólo siete han seguido a Bayrou. Los otros 22 se presentan bajo la etiqueta del Partido Social Liberal Europeo, una formación creada al calor de la gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP) que les garantiza retirar a sus candidatos en sus circunscripciones a cambio de comprometerse a votar el presupuesto del Gobierno y no votar a favor de ninguna moción de censura. Herve Morin, que fuera jefe del grupo parlamentario de la UDF en la Cámara, es ahora ministro de Defensa.

En el campo socialista, por el momento, el primer secretario, Hollande, es la única cabeza visible de la campaña. Ségolène Royal no quiere ser identificada con una segunda derrota. Ella misma no se presenta a diputada y tampoco ha anunciado a qué mítines acudirá, si es que finalmente lo hace.

Tampoco sus antiguos rivales, el ex titular de Economía Dominique Strauss-Khan y el ex primer ministro Laurent Fabius están ocupando un papel de primera fila. Hollande, que ya ha anunciado que dejará la dirección del partido en el próximo congreso en otoño, podría beneficiarse de este protagonismo con tan sólo conseguir un resultado modesto. Cualquier resultado por encima de los 150 escaños serviría. Desde 1997, Hollande ocupa el puesto de primer secretario, justo después de la victoria socialista que llevó a Lionel Jospin a la jefatura de Gobierno y a la cohabitación con el presidente Jacques Chirac.