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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Driss Benzekri, opositor marroquí

Pasó de ser un izquierdista radical a presidir el Consejo Consultivo de Derechos Humanos

Una de sus últimas iniciativas, cuando ya apenas podía mantener un bolígrafo en su mano, consistió en firmar una orden que otorga seguro médico a las miles de víctimas de los llamados años de plomo, los de la represión del régimen de Hassan II, el rey de Marruecos que murió en 1999. Driss Benzekri, de 57 años, que falleció el domingo pasado en un hospital de Rabat a consecuencia de un cáncer de estómago, dedicó los últimos años de su vida a defender los derechos humanos, primero desde una asociación que fundó y después desde cargos institucionales.

El itinerario de Benzekri es similar al de muchos izquierdistas marroquíes que, tras años de cárcel, renunciaron a la militancia política para centrarse en la defensa de los derechos humanos. Benzekri fue miembro del más radical movimiento marroquí de los años setenta, Ilal Amam (Adelante), de ideología marxista leninista. Fue detenido en 1974, pero tuvo que esperar tres años hasta ser juzgado y condenado a 30 años de cárcel. Pasó, en total, 17 años detrás de los barrotes de la temible prisión de Kenitra.

Aquella larga etapa le dejó secuelas físicas -padecía fuertes dolores de espalda a causa de la tortura- y también morales. "Se nota la herida, pero no es algo que se nos vaya pudriendo dentro", confesó Benzekri poco antes de su muerte a una publicación francesa. "Hablo de nosotros y no de mí porque fuimos numerosos en padecer la misma suerte bajo el reinado del difunto rey Hassan II", añadía. Al ser excarcelado, Benzekri se dedicó primero a completar su formación -estudió Derecho Internacional en la Universidad británica de Essexen-, pero no tardó en exigir reparación.

Lo hizo, primero, a través de la asociación que fundó, el Foro Verdad y Justicia, que reagrupa a las víctimas de la represión y sus familias. Fue ahí donde le buscó en 2003 el rey Mohamed VI para proponerle que encabezase la Instancia Equidad y Reconciliación, una especie de Comisión de la Verdad independiente en versión marroquí encargada de examinar las violaciones de los derechos humanos cometidas durante los años de plomo y proponer medidas para que resulte imposible que se reproduzcan.

La IER arrancó organizando espectaculares sesiones públicas, a veces retransmitidas por radio y televisión, en las que los presos políticos narraban las torturas y vejaciones que sufrieron. En total, estudió 16.000 casos de víctimas, fijó indemnizaciones que el Estado debía abonar y propuso iniciativas para evitar la repetición de tales abusos. Propugnó, por ejemplo, la separación de poderes y la independencia de la justicia.

Mohamed VI disolvió la IER, pero recuperó a Benzekri para presidir, a partir de 2005, el Consejo Consultivo de Derechos Humanos (CCDH), un órgano oficial al que corresponde, entre otras cosas, velar por la aplicación de las recomendaciones de la desaparecida Instancia. Benzekri cayó enfermo al poco de asumir la presidencia. Por ésa o por otras razones las indicaciones de la IER siguen pendientes de cumplirse.

En su lecho de muerte Benzekri aconsejó, según el diario Bayane Al Youm, la creación de una comisión de investigación sobre el secuestro y asesinato de Mehdi Ben Barka, el que fue tras la independencia el principal adversario de Hassan II. La suerte de este opositor es uno de los casos que la IER no resolvió. Tampoco abordó la etapa actual en la que las autoridades siguen cometiendo atropellos que padecen islamistas y defensores de los derechos humanos. Anteayer, sin ir más lejos, un tribunal de Ksar el Kebir condenó a tres años a cinco militantes de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos por "atentar contra los valores sagrados" durante la manifestación del Primero de Mayo.

Driss Benzekri.
Driss Benzekri.ASSOCIATED PRESS

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