"Los estadísticos ayudan a mejorar la calidad de la investigación médica"
Estudiar medicina no parece la vía más directa para dedicarse profesionalmente a los números y la estadística. Pero lo cierto es que buena parte de la investigación médica, desde el estudio de la eficacia de los fármacos al esclarecimiento de los factores de riesgo, sólo puede hacerse utilizando sofisticadas herramientas estadísticas que traen de cabeza a los médicos. Podríamos decir que Erik Cobo (Logroño, 1955), doctor en Medicina y profesor de Estadística e Investigación Operativa en la Universidad Politécnica de Barcelona, hace de médico aliviando los quebraderos de cabeza que produce la estadística en los investigadores. Como responsable de metodología y estadística de la revista Medicina Clínica, vigila que los trabajos que se publican estén estadísticamente bien planteados y sus conclusiones sean correctas. Ahora, con el equipo editorial de esta revista española, acaba de publicar un estudio en la revista PLoS One en el que, entre otras cosas, se reivindica la importancia de la bioestadística en la investigación médica.
"El rigor metodológico varía mucho de unas revistas médicas a otras. Pero lo cierto es que, en general, se deberían publicar menos artículos científicos y de más calidad"
"La estadística cuantifica la incertidumbre y asesora en cómo recoger los datos para que aporten la máxima información. Nuestro lema es 'la mejor información para la mejor decisión"
Pregunta. ¿Qué prueba el trabajo publicado en PLoS One?
Respuesta. Que el sistema de las revistas científicas funciona. Que la revisión por iguales [sistema peer review o de revisión por expertos] sirve para mejorar la calidad de los artículos científicos. En concreto, que añadir un revisor estadístico al grupo de revisores ayuda a mejorar la calidad de la investigación médica.
P. ¿Añade algo nuevo al sistema de publicación científica?
R. El sistema siempre se ha dado por bueno: los editores de revistas científicas piden a científicos expertos en el tema del artículo que se lo revisen para asesorar, por un lado, al autor sobre cómo mejorarlo, y por otro, a la revista, sobre el valor científico y la conveniencia de publicarlo. Ahora, por primera vez, lo hemos contrastado con el máximo rigor y hemos demostrado su efecto beneficioso. En concreto, el revisor añadido ha sido un estadístico, experto en metodología científica.
P. ¿Tiene alguna implicación práctica esta conclusión?
R. Para Medicina Clínica supone la confirmación de una línea de mejora. Para las facultades de Estadística es la demostración del valor de sus egresados, ya que aproximadamente la mitad de los revisores estadísticos empleados son jóvenes titulados en Estadística.
P. ¿Por qué se publican tantos artículos, incluso en las revistas de calidad, que no pasarían un filtro estadístico riguroso?
R. Lo primero que hay que decir es que es el carácter crítico del científico el que origina la alerta y pide subir el listón. Pero no olvidemos que la mayor parte de las aportaciones del pasado, que han hecho posible llegar donde estamos, no podrían competir con las publicaciones actuales. Las revistas, al fin y al cabo, seleccionan los mejores artículos que reciben.
P. ¿Hay datos de cuántos artículos poco rigurosos se publican?
R. Depende de lo que entendamos por poco rigurosos. El rigor metodológico varía mucho de unas revistas a otras. Pero lo cierto es que, en general, se deberían publicar menos artículos científicos y de más calidad. El British Medical Journal publicó un artículo que alertaba sobre el escándalo de la deficiente investigación médica y epidemiológica. Nuestra responsabilidad estriba en que es posible hacerla mejor.
P. ¿Hasta qué punto la medicina es pura estadística?
R. La estadística también contribuye a desarrollar el criterio médico, cierto. Pero que cada mástil aguante su vela. La Medicina es una mesa que descansa en muchas patas.
P. ¿Qué aporta la estadística a la medicina?
R. Los seres humanos somos diferentes unos a otros, es decir, somos variables. En unos aspectos mucho; en otros, no tanto. Por eso, es imprescindible cuantificar la información que unos resultados en unos pacientes del pasado aportan sobre pacientes futuros. La estadística cuantifica la información que proporciona un conjunto de pacientes. Y lo hace valorando la cantidad de incertidumbre que todo el proceso conlleva. También dice cómo se deben recoger los datos para que aporten el máximo de información. Por ejemplo, un paciente de sida sólo puede acceder a un nuevo producto experimental dentro de un ensayo clínico elaborado con el máximo rigor ético y científico. Y esto ha permitido descartar rápidamente a los fármacos ineficaces y seleccionar aquéllos que tan espectacularmente han contribuido a su tratamiento.
P. ¿En qué medida es clave el tipo de estudio o el número de participantes en el estudio?
R. Estos dos aspectos varían de acuerdo con los objetivos del estudio. No hay, por tanto, una respuesta única. Como no hay estudio empírico libre de errores, el lector debe sospechar de aquel informe que no avise de su grado de incertidumbre. No basta con decir que mañana lloverá, hay que acompañar toda afirmación de la seguridad que tenemos en ella, decir, por ejemplo, que la probabilidad de que llueva en determinada zona es del 80%. Y, aún mejor, añadir que la incertidumbre que tenemos sobre este valor lo hace oscilar, por ejemplo, entre el 70% y el 90%. Y quizá aclarar que esta predicción se basa en datos pasados y, por tanto, podría estar sobreestimada si fuera cierta la teoría del calentamiento del planeta. En resumen, si un estudio no informa de la incertidumbre de sus resultados ni de sus posibles limitaciones, mejor no tenerlo en cuenta.
P. ¿Qué papel tiene la estadística en todo este proceso?
R. La estadística permite cuantificar este grado de incertidumbre. También asesora en cómo recoger los datos para que aporten la máxima información. Nuestro lema es la mejor información para la mejor decisión.
P. ¿Y la investigación operativa?
R. Es la hermana gemela de la estadística. Permite optimizar procesos de logística o de toma de decisiones.
P. ¿Qué hace un estadístico?
R. Un diplomado en estadística debe ser capaz de repetir una investigación. Esto implica gestionar una base de datos sin errores, programar el análisis y colaborar en el informe. Un licenciado o una persona con un master en Estadística debe ser capaz, además, de diseñar una investigación nueva para responder a una pregunta diferente. En contra de lo que pueda parecer, es una profesión que exige fuertes habilidades sociales, ya que el estadístico debe ser capaz de trabajar en un equipo multidisciplinar, rodeado de investigadores muy cualificados, ayudándoles a expresar cuantitativamente sus objetivos y sus resultados.
P. La estadística es cada vez más sofisticada y esto la aleja de muchos ciudadanos...
R. Como en todas las técnicas, la sofisticación puede suponer este riesgo. Pero, ¿son más difíciles de conducir los coches actuales? La transparencia es quizás el primer objetivo de la estadística. Un buen profesional debe conseguir que los destinatarios de sus trabajos sean conscientes de sus fortalezas y sus limitaciones. Que tengan muy claro en función de qué basan su conocimiento y toman sus decisiones.
P. Mentiras, grandes mentiras y estadísticas. ¿Algo que añadir?
R. Que es cierto. La información es poder y, como tal, está expuesta a los tiburones. Debemos cuidarla como se merece. Los estadísticos somos los primeros interesados en su calidad. ¿Alguien en su sano juicio responsabilizaría a un economista de que existan ladrones?
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