La calidad y la telefonía móvil
La pasada Semana Santa decidí pasar mi móvil de tarjeta prepago a contrato.
Escogí Movistar, cambiándome de compañía, porque la mayoría de mis familiares y amigos son de Movistar. Lógicamente, no me pusieron ninguna pega, porque ganar clientes y enriquecerse es su meta. El problema viene cuando tienen que solucionarte algo. Me ocurrió lo siguiente: me regalaron un Nokia por el contrato y de repente empecé a recibir los SMS encriptados, con símbolos rarísimos; otras veces no me llegaban los mensajes o me llegaban con muchísimo retraso. Fui dos veces al distribuidor donde había hecho las gestiones; se quedaron mi móvil nuevo para mandarlo al servicio técnico; me dieron un móvil de sustitución (también Nokia) y cuál no sería mi sorpresa cuando de nuevo los SMS llegaban encriptados. Volví al distribuidor y me dijeron que podía ser un virus y que sobre eso todavía no se sabía nada.
Llamé a Atención al Cliente de Movistar y conseguí (de milagro) que me atendiese alguien del servicio técnico. Me explicó que el origen de mi problema estaba en que uno de los fabricantes de tarjetas SIM con el que trabajan había hecho una serie de tarjetas que con los móviles Nokia generaban ese problema. Les llevaba ocurriendo un mes más o menos.
Informé al distribuidor (¡que no sabía nada por Movistar, se enteró por mí!), puse una reclamación, me han devuelto mi móvil sin solucionarme nada, en el distribuidor siguen teniendo tarjetas de esa serie defectuosa porque Movistar no ha ordenado que las retiren del mercado, no pueden hacerme un duplicado de tarjeta con una que esté bien... En fin, como siempre salimos perdiendo los clientes, mientras las compañías telefónicas se enriquecen a nuestra costa.
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