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Reportaje:PAISAJE ELECTORAL | Elecciones municipales 27M

Gibraleón: algo más que votos

La moción de censura de 2005 y el recuerdo del vertedero enfrentan a PP y PSOE

Soleada mañana de mercadillo en Gibraleón (Huelva). Un momento excelente para hacer campaña política directa con los vecinos. Sin ponerse de acuerdo, los candidatos del PP y PSOE, José Ramón Gómez Cueli y Juan Serrato -actual alcalde-, coinciden en el mismo sitio, aunque de refilón. El alcaldable popular, que se ha adelantado media hora al socialista, ya ha hecho el recorrido, repartiendo folletos y sonrisas a los vecinos. A su salida del recinto, llega el equipo socialista, con Serrato a la cabeza. Cueli, rodeado de simpatizantes y miembros de su candidatura, se cruza con Serrato. Se miran de reojo. Serrato entrega claveles rojos a los olontenses, antes de desaparecer tenderetes adentro.

La polarización del pueblo en dos bandos se repite desde las elecciones de 1995

Ese cruce de miradas en silencio se explica por el último año y medio de vida política en Gibraleón (10.634 habitantes). Un periodo tenso protagonizado por la moción de censura que, en noviembre de 2005, lideró Juan Serrato, contra el entonces alcalde, Gómez Cueli. Aquella moción no se pudo llevar acabo sin el voto favorable de la edil tránsfuga, ex del PP, Esperanza Ruiz.

Esta mujer, que había concurrido a las elecciones municipales de 2003 como número dos en la lista de José Luis Rodríguez (PP), se sintió defraudada cuando el alcalde dimitió y nombró regidor al número tres, Gómez Cueli, en vez de a ella. Ruiz terminó abandonando el partido, pero no su cargo de concejal. Se convirtió así en la pieza clave de la gobernabilidad, ya que dejó el reparto de ediles igualado entre el PP y el PSOE (ocho cada uno). Su voto acabó decantándose del lado de los socialistas quienes, desautorizados por el PSOE, abandonaron el partido para ejecutar una moción de censura con ayuda de la tránsfuga. Tras un año de gobierno, el regreso a las filas socialistas de estos políticos -a los que el PSOE nunca consideró tránsfugas- se formalizó a finales del año pasado.

La polarización de Gibraleón en dos bandos se repite en los últimos comicios. Desde 1995, el PP consigue inexorablemente nueve ediles, lo que le da mayoría para gobernar. Los otros ocho, los aglutina el PSOE (aunque en el año 95, perdió un concejal, en favor del único edil de IU). En las tres últimas elecciones locales, el PP mantiene regular su horquilla de votos: entre los 3.369 de 1995 los 3.570 del año 2003. El PSOE ha experimentado un incremento continuo. De los 2.362 votos que logró hace 12 años, pasó a 3.442 en 2003. El objetivo del partido socialista es continuar esa progresión y dar un vuelco al tradicional resultado de las urnas.

Durante la moción de 2005, la división entre los vecinos que apoyaban a Cueli o a Serrato recordó a muchos el enfrentamiento cainita y profundo que sufrió Gibraleón a finales de los ochenta, cuando se barajó la posibilidad de instalar en el municipio un vertedero industrial. El choque entre partidarios y detractores derivó en violentas manifestaciones. "Desde lo del vertedero este pueblo es así. Hay amigos que se separan por la política. Incluso familias y parejas. En mi caso me sigo llevando bien con mis vecinos. Saben que siempre he votado al PP pero nosotros nos respetamos, gracias a Dios", dice María del Carmen Fernández, de 58 años. Junto a ella, María Pérez, de 27, reconoce que no habla de política con los amigos. "Porque no. Cada uno tiene sus ideas y terminaríamos discutiendo". Juan Ramón, un vendedor ambulante no cree que Gibraleón sea una excepción por su división. "Debe pasar lo mismo en todos los pueblos, ¿no?", se pregunta.

Aunque hay quien habla abiertamente, hay vecinos que rehuyen opinar sobre las elecciones. Juan Serrato mantiene que el miedo es uno de los legados del PP. "Han creado una red de intereses creados entre algunos vecinos basados en los silencios y en el miedo. Han sido muchos años así. Y eso deja huella A la gente", afirma. No obstante, como candidato está convencido de que el pueblo está tranquilo y que refrendará en las urnas su proyecto socialista "porque Gibraleón quiere un cambio".

"Nosotros vamos a luchar por recuperar la dignidad y la honradez en este pueblo que nos arrebató la moción de censura", dice, por su parte, Gómez Cueli. María Rodríguez, número dos de la lista, trabajaba en el Ayuntamiento y afirma que fue despedida "como otros 12 compañeros del Consistorio y cinco trabajadores de la televisión municipal", al llegar Serrato al poder. Y es que el tema de los despidos junto al presunto boicoteo de la televisión municipal antes de la moción de censura por parte de simpatizantes socialistas, han formado parte del arsenal electoral del PP contra el PSOE. Acusaciones que, obviamente, los socialistas niegan categóricamente

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