Se buscan jóvenes

Una paradoja de nuestras sociedades es el culto a los atributos asociados a la juventud, y ello en circunstancias en que la proporción de jóvenes viene cayendo sistemáticamente. Esto tiene consecuencias económicas muy importantes para el futuro. España, por ejemplo, es uno de los países de Europa en que el envejecimiento de la población está avanzando más rápido, debido a la fuerte caída en el número de nacimientos por mujer, y los grandes avances en la prolongación de la vida.

Las proyecciones apuntan a que la proporción de ancianos respecto de la población en edad de trabajar va a subir desde el 24% actual al 38% en 2030 y 66% en 2050. La población en edad de trabajar, que se ubica en cerca de 30 millones, entraría en una declinación gradual hasta llegar a sólo 22 millones en 2050. El país enfrentará desafíos muy importantes para financiar la seguridad social en el futuro y verá disminuir su capacidad de crecimiento económico ante la creciente escasez de trabajadores.

Si se mantienen elevados flujos de inmigración, España podría ser un polo dinamizador de la sociedad y economía de Europa

En los países que envejecen, la proporción de jóvenes creativos y emprendedores disminuye, y donde el peso de la tradición y de hacer las cosas "como sabemos hacerlas" es cada vez mayor. Los cargos de responsabilidad se llenan cada vez más con adultos experimentados, y menos propensos a tomar riesgos e innovar. Es posible, por tanto, que sociedades como la española se encaminen hacia un futuro relativamente apacible, pero en el que poco a poco se van rezagando respecto de las zonas más dinámicas del mundo.

Este cuadro, sin embargo, contrasta con la realidad de los últimos años en España, que ha sorprendido por su dinamismo y capacidad de crecimiento. Parte de la explicación tiene que ver con el hecho de que España ha sido uno de los principales receptores de inmigrantes, que han venido a inyectar un fuerte dinamismo a la fuerza de trabajo, ampliando así las posibilidades de crecimiento de este país.

Mirando hacia el futuro, se proyecta que Estados Unidos no sufrirá un envejecimiento tan fuerte gracias a la continua incorporación de inmigrantes. España está transitando por un camino parecido, lo que podría marcar un camino de escape de la trampa del envejecimiento: si se mantienen elevados flujos de inmigración, España podría ser un polo vital que dinamice la sociedad y la economía de Europa.

Joaquín Vial es economista jefe de Tendencias Globales del Servicio de Estudios del BBVA.