La médica que todos querían tener

Muñoz rehusó la entrevista con EL PAÍS por el veto del PP al Grupo PRISA.

La vocación de médica de Ángeles Muñoz Uriol (Córdoba, 1960) ya aventuraba que la candidata popular a la alcaldía de Marbella (Málaga) no le iban los trabajos de horario cerrado. En su entorno cuentan que, mientras hacía la residencia, dormía una noche cada dos días. "Era un preludio de lo que ha sido su vida, sobre todo en los dos últimos años", mantiene una colaboradora cercana. Antes de hacer sus pinitos en política en 1995, como teniente de alcalde en Benahavís, limítrofe con Marbella, fue siete años médica de familia en San Pedro Alcántara, uno de los mayores núcleos de población marbellíes. "Sus pacientes la adoraban y había cola para apuntarse con ella", dicen en su entorno.

En 1996 logró un escaño en el Parlamento de Andalucía y después dio el salto a Madrid, donde fue nombrada directora general de Ordenación de las Migraciones. En 1998 asumió la presidencia del PP en Marbella y San Pedro. "Al principio le costó ganarse a la gente en Marbella, la veían distante porque venía de la mano de Javier Arenas y parecía muy pija", mantienen otras fuentes.

Curiosamente, en la última legislatura ha conseguido cambiar su imagen sin cambiar de aspecto. Sus numerosas visitas a los barrios (el principal eje de su campaña) y encuentros con numerosos colectivos la han acercado a los vecinos de la ciudad. "Es una de esas personas a la que te sale natural contarle tus problemas", mantienen en su equipo. El hecho de ser la única candidata cuyo partido no ha tenido implicados en la trama de corrupción marbellí es otra de sus mejores bazas.

Entre sus prioridades está la devolución de los bienes incautados en el caso Malaya a las arcas municipales, la aprobación del plan de ordenación urbana y que las 20.000 viviendas irregulares construidas se regularicen.

Muñoz tiene dos hijos adolescentes y está casada en segundas nupcias con el empresario sueco Lars Broberg. En su entorno mantienen que es muy familiar y que se apoya mucho en sus tres hermanas. Su dedicación a la política le impide leer otra cosa que no sean periódicos. Le gusta la música de Supertramp y Café Quijano.

En su entorno la definen como una persona abierta y tolerante, machacan lo trabajadora que es, y le adjudican una resistencia sobrenatural.