_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Los ases de Sarkozy

Recién estrenado como presidente de la República francesa, Nicolas Sarkozy ha empezado a sorprender. No al nombrar como primer ministro al artífice de su campaña, François Fillon, sino al elegir como ministros a personas que simbolizan una apertura destinada a desestabilizar el voto del centro y la izquierda a favor de su propio partido en las legislativas del 10 y 17 de junio. Nombrar al popular Bernard Kouchner como ministro de Asuntos Exteriores ha sido un gran golpe de efecto.

El cofundador de Médicos sin Fronteras y ministro en Gobiernos socialistas reivindicaba, al menos hasta ayer, lo que quería enterrar Sarkozy: el espíritu de Mayo del 68. Este fichaje dice mucho de la habilidad de Sarkozy para la maniobra política, y poco de la integridad intelectual y política del nuevo ministro, que a sus 67 años debe sentir su última posibilidad de estar en la palestra. Es, además, un guiño a Washington, pues Kouchner defendió la invasión de Irak.

Pero aunque Kouchner tenga protagonismo al frente del Quai d'Orsay, la política exterior la va a llevar muy personalmente Sarkozy. No sólo porque es el "dominio reservado" del presidente, sino porque en el Elíseo está montando por vez primera un Consejo de Seguridad Nacional bajo la dirección del muy competente Jean-David Levitte, ex embajador en EE UU. El nuevo equipo pretende hacer mella rápidamente. Se verá si logra un acuerdo para sacar a la UE del embrollo constitucional en el Consejo Europeo del 21 y 22 de junio. La apuesta europea de este nuevo Ejecutivo es notable, pero se contradice con el exceso de proteccionismo y nacionalismo en los primeros discursos del nuevo presidente y en la creación del prometido Ministerio de Inmigración, Integración, Identidad Nacional y Codesarrollo, sólo compensado por la presencia de Rachida Dati, en Justicia, la primera mujer de padres magrebíes que llega a tan alta posición en Francia.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Está por ver si esta apertura al centro y la izquierda se traduce en hechos o se queda en maquillaje. La reducción drástica del Gobierno de 30 a 15 ministros y cuatro secretarios de Estado, y de forma paritaria, es una primera prueba de reforma institucional. La apuesta de Sarkozy por el medio ambiente queda plasmada en el nombramiento para esa cartera como número dos del Gobierno de Alain Juppé. Este político fracasó en sus propios intentos de imponer reformas como primer ministro y acabó abrasado por escándalos de corrupción, por los que fue condenado en 2004 a no poder presentarse a un cargo por elección durante un año. ¿Para qué rescatarle?

Sarkozy va a correr para lograr los "resultados rápidos" que ha prometido. La cuestión que se le plantea al nuevo jefe del Estado, hiperactivo y preocupado por todos los detalles, es si aprenderá a ser presidente o acabará ejerciendo de primer ministro.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_