El teatro vasco de calle viaja al Festival de Valladolid
Cuatro compañías vascas presentarán sus propuestas en el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid, que se celebrará entre los próximos 23 y 27 de mayo. Es "una gran oportunidad", ya que se trata de una de las muestras "más pujantes, dinámicas y creativas del sur de Europa", destacó ayer el director de Promoción Cultural del Gobierno vasco, Iñaki Gómez.
El director del festival, Javier Martínez, apuntó que el certamen pretende dar cabida a "formas de expresión artísticas que se asfixian en los teatros" y que necesitan de una dramaturgia diferente en la calle, más basada en "la sugerencia y la imagen".
Bajo la marca Kaleartean, el grupo de baile Kukai y Logela Multimedia estrenarán en la capital castellano-leonesa Latidos, un espectáculo que funde la danza tradicional vasca con la imagen y el sonido modernos para mostrar al público el interior del artista. Jon Maya firma la coreografía de este trabajo, coproducido en colaboración con el Festival de Valladolid y la Feria de Teatro de San Sebastián, que tendrá lugar en julio.
La compañía Trapu Zaharra llevará a Valladolid Visa Vis. Fiel a los temas que tienen que ver con la vida doméstica, el grupo donostiarra propone en esta ocasión una disparatada prueba de promoción. El objetivo es encontrar un nuevo jefe de ventas y los destinatarios son los empleados del bautizado como Banco del Ángel Custodio.
La contorsionista Ane Miren participará en el festival vallisoletano con No me mires que me quiebro, un número "visual, elegante, en el que juega mezclando la parte humana y la parte animal que llevamos dentro", según recoge el programa de Kaleartean. Para ello utiliza varias técnicas: la danza, el equilibrio y el desequilibrio y la contorsión.
Por último, el artista plástico Alberto Saavedra invadirá la ciudad con sus "inquietantes" personajes, 30 niñas y niños "malditos" inspirados en esos otros extraños pequeños que protagonizaron la película El pueblo de los malditos, de Wolf Rilla.
De aspecto "rancio", según explicó, son un montón de niños que "no se relacionan entre ellos, pero inquietan porque están todo el tiempo mirando inexpresivamente, con frialdad", mientras los espectadores intentan leer su pensamiento". Saavedra ya mostró estas figuras en el Festival de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián.
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