Una jaula de oro
En pleno Aljarafe sevillano, Tomares tiene 22.000 ciudadanos censados en sus cinco kilómetros cuadrados. El municipio es ciudad dormitorio para miles de personas que trabajan y hacen su día a día en Sevilla, a menos de seis kilómetros. El canto de un gallo recuerda que, no hace tanto, la localidad no tenía calles peatonales ni tantos parterres de flores ni urbanizaciones de chalets adosados.
"Todo está precioso", dice un vecino, "pero esto es una jaula, de oro, pero una jaula". El crecimiento de la ciudad y su ubicación con respecto a Sevilla ha colapsado las entradas y salidas a hora punta. La alcaldesa, Antonia Hierro (PSOE), reconoce el problema y asegura que en dos años se eliminará por completo gracias a la construcción de un metro ligero. El candidato de la oposición, José Luis Sanz (PP), propone un teleférico. El tráfico manda en las promesas de la campaña. Y la vivienda.
Las urbanizaciones que han cambiado la estética tomareña, han tocado techo. "Esperamos alcanzar los 28.000 habitantes dentro de 10 años", explica Hierro, "pero a base de un crecimiento vegetativo; promocionamos la VPO -ahora mismo hay 619 pendientes de construcción- para que los jóvenes puedan quedarse aquí". Así, se abandona la construcción de chalets y el crecimiento se hará con viviendas en altura: "lo que no significa densidad, sino la creación de grandes espacios entre los bloques para que los vecinos puedan convivir". El equipo de gobierno actual insiste en servicios públicos y colectivos.
Que Tomares sea una ciudad autosuficiente es otra de las aspiraciones. El casino de juego ha creado puestos de trabajo y ahora se planea la construcción de un parque terciario comercial con dos parques empresariales para que los vecinos no tengan que buscar trabajo fuera.
Además, Tomares tiene una amplia oferta cultural. Conocidos nombres de la literatura y la música participan en festivales y foros. Una experiencia que se quiere mantener con la construcción de la Factoría de las Artes, sin olvidar que la población está compuesta en su mayoría por familias jóvenes. "Queremos conciliar el ocio de los padres con el de sus hijos", asegura la alcaldesa.
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