EE UU busca en Bruselas el apoyo de los europeos al acuerdo sobre datos de pasajeros
Michael Chertoff, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, viajó ayer hasta Bruselas para tratar de convencer a los políticos europeos de que los datos personales de los pasajeros que crucen el Atlántico son una herramienta crucial en la "guerra contra el terror", declarada tras el 11-S contra Al Qaeda.
Washington y Bruselas discuten desde hace meses la transferencia de hasta 34 datos personales -dirección, teléfono o cuenta bancaria, entre otros- de los europeos que vuelan a Estados Unidos.
Mientras la Administración de Bush pretende tener acceso al mayor número de datos durante el mayor tiempo posible para ponerlos a disposición del mayor número de agencias y servicios de espionaje, la Unión Europea quiere restringir el uso de esos datos para proteger la intimidad de sus ciudadanos. Ambas partes coinciden, sin embargo, en que urge llegar a un acuerdo antes de junio, fecha en la que expira el texto provisional vigente.
Chertoff se dirigió ayer a la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo, reunida en sesión extraordinaria, y les dijo que 11 de los secuestradores del 11 de septiembre podrían haber sido detectados de haber estado funcionando el acuerdo de transferencia de datos de pasajeros.
"Es muy difícil abandonar un instrumento que, con poca incidencia en las libertades públicas, permite salvar vidas", indicó el secretario de Estado de Estados Unidos. Su largo y ya conocido discurso sobre las nuevas amenazas terroristas del siglo XXI y la necesidad de adecuar los marcos legales a estos nuevos peligros, no acabó sin embargo de calar en algunos eurodiputados que criticaron la lucha antiterrorista estadounidense, detenciones extraordinarias y violación de derecho internacional incluidos. Chertoff esquivó las preguntas incómodas y evitó pronunciarse sobre las actividades ilegales de la CIA en Europa.
Archivo "inactivo"
Europeos y estadounidenses explicaron ayer que el tiempo que pueden permanecer guardados los datos de los pasajeros se ha convertido en el mayor obstáculo de las negociaciones. Franco Frattini, vicepresidente de la Comisión Europea, apuntó a una de las propuestas sobre la que trabajan y que podría desatascar el acuerdo.
Según Frattini, una posibilidad es que una vez transcurridos tres años, la información de los pasajeros se guarde en una base de datos que llamó "inactiva" y que sólo se activaría en el caso de que lo requiriera una determinada investigación.
"No necesitamos más datos, pero tenemos que asegurarnos de que podemos disponer de ellos durante un periodo de tiempo suficiente", dijo Chertoff. Los responsables de Washington cifran ese "tiempo suficiente" en 40 años.
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