Joe Red
Cuando un equipo llega a enero ya en situación desesperada, suele cambiar de entrenador. También tiene la opción de conseguir por unos meses a un futbolista curtido, un campeón capaz de elevar la moral de sus compañeros, dirigirles sobre el campo y asumir la responsabilidad en los momentos decisivos. El Parma parecía desahuciado y tomó ambas medidas: contrató a un nuevo técnico y logró que el Manchester United le cediera una pieza contrastada de su plantilla.
Claudio Ranieri, veterano trotamundos, se sentó en el banquillo del Parma el 12 de febrero. El calcio estaba conmocionado por los disturbios de Catania, en los que perdió la vida, en circunstancias aún confusas, un policía. En esos días de luto, Ranieri llegó, lució su habitual sonrisa y lanzó un escueto mensaje a la plantilla y al público: "Desde ahora, a muerte". Es difícil meter más la pata con menos palabras. En Parma se prepararon a hacer el viaje desde Guatemala a Guatepeor.
Sólo quedaba confiar en el futbolista recién llegado desde Manchester. Había que tener fe en ese hombre, que había debutado el 21 de enero y había hecho justo lo que se esperaba de él: puso orden, marcó un gran gol e hizo que el Parma lograra su primera victoria en 10 partidos. Demostró que podía jugar como centrocampista, como punta y como extremo. Su experiencia se lo permitía.
En las semanas siguientes, el nuevo líder del equipo se lo echó todo a la espalda. ¿Un penalti a favor en el último minuto? Ningún problema, ahí estaba Joe para marcar. ¿Un gol imposible en el minuto 91? Ningún problema, Joe cazaba un balón al vuelo fuera del área y hacía un destrozo en la red del Livorno. Joe corría, sonreía, distribuía balones sin fallar nunca, animaba a los demás y resolvía marcadores. Ayer consiguió su noveno gol. Y el Parma empezó a pensar que la salvación estaba hecha.
Joe, el héroe tranquilo y cargado de experiencia, acaba de cumplir 20 años. Nació en Nueva Jersey, hijo de inmigrantes italianos. La familia regresó a Italia y colocó al chico en los alevines del Parma, donde creció como futbolista. Aquél era un Parma potente. Su propietario, el magnate Calisto Tanzi, dueño del holding alimentario Parmalat, reunió en el equipo a gente como Buffon, Cannavaro, Thuram y Crespo. Aquéllos fueron los ídolos del pequeño Joe. En 2004 se produjo el desastre: se descubrió que Parmalat era un colosal fraude financiero, el magnate Tanzi fue a la cárcel y la sociedad futbolística, comisariada por el Gobierno al igual que el resto del holding, liquidó todo lo vendible. Uno de los que se fueron al final de esa temporada negra fue el pequeño Joe. El Manchester United se lo llevó por sólo 200.000 libras esterlinas.
El nombre de Joe es Giuseppe Rossi, el más común en Italia. En Estados Unidos le llamaban Joe, y en Manchester tradujeron también el apellido: Joe Red. Alex Ferguson le hizo debutar de inmediato en el primer equipo y no le tuvo nunca en el banquillo: si no era titular con los mayores, lo era con los juveniles. En la temporada 2005-06 marcó 26 goles en 26 partidos. Luego fue cedido al Newcastle, para que siguiera fogueándose en el campeonato más competitivo del mundo. Ferguson le definió de forma categórica: "En las cercanías del área es el jugador más eficaz de todo el club". Sabiendo lo que tienen los red devils, eso fue más que un elogio.
Giuseppe Rossi, Joe Red, volverá a Inglaterra en junio. El Manchester United necesita a futbolistas curtidos como él, capaces de manejarse igual de bien en los grandes espacios británicos y en las estrechas callejuelas del calcio para alcanzar la cima europea.
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