Primarias
No hay más remedio que aceptar que nos encontramos ante unas verdaderas elecciones primarias con estos comicios municipales. Ya lo advirtió Javier Arenas, quien ve en esta cita del 27-M la oportunidad para lanzar su asalto definitivo a la presidencia de la Junta. Esa "hambre de gobierno" que demuestra a diario el presidente del PP le ha llevado a construir un discurso único a lo largo de esta campaña con el que pretende socavar la posición hegemónica que mantienen los socialistas en Andalucía. Será a través del mantenimiento, cuanto menos, del poder que tiene ahora el PP en los ayuntamientos de las distintas capitales andaluzas además de con el triunfo en Marbella. Así que, a pesar de que Manuel Chaves se resiste a ello, está claramente delimitado el campo de juego por su principal contrincante. Cualquier debilitamiento del PSOE le servirá de excusa para cuestionar su estabilidad política convirtiéndose, de esta forma, en la antesala, dice, de su futura victoria en las autonómicas. Este especial "cuento de la lechera" con el que Arenas anima a los suyos casa bien poco con el último sondeo publicado por el CIS y que vaticina que fracasarán los populares en su empeño de hacerse con la alcaldía de Sevilla. Y a lo largo de esta semana nos esperan nuevos sondeos como los del Instituto Opina para la Cadena SER en Andalucía que vienen a insistir en la misma línea: mantenimiento de la alcaldía hispalense en manos del PSOE y fortaleza total del PP en plazas como las de Cádiz o Granada.
Pero, al margen de las capitales, está claro que es Marbella la ciudad que centra los deseos de todos. En especial de Arenas, quien aprieta el acelerador tratando de involucrar al mismo Chaves en los escándalos que se han vivido en esta ciudad. Lo cierto es que el PP lo ha intentando siempre, por activa y por pasiva. Lo último es señalar al presidente de la Junta como "el señor X" del estado de corrupción que se ha vivido en dicho municipio. Acusación tan burda no ha hecho el efecto deseado pero le sirve a los populares para tratar de cerrar el paso a un PSOE que, con Paulino Plata como candidato, se ha fijado como objetivo prioritario, también, lograr un triunfo en este enclave. En plena batalla iniciada por Zapatero de regeneración en materia urbanística, el que pasara bajo control de los socialistas ese ayuntamiento tendría, desde luego, una fuerte carga simbólica y sería un punto de inflexión muy significativo en la nueva trayectoria que se quiere imponer en este capítulo. Claro que en Marbella echan en falta que ese afán denunciador que parece arrebatar ahora al PP lo hubieran tenido antes, cuando Gil campaba a sus anchas. En este sentido, el mismo Plata recuerda cómo, precisamente, el ex alcalde Julián Muñoz se encuentra ahora purgando sus penas en la cárcel gracias a demandas planteadas en su día por la Administración autonómica, presidida por Chaves, y no por los populares, que nunca, señala, recurrieron a los tribunales para frenar los desmanes que se estaban cometiendo.
De modo que si todos convenimos en que estamos ante unas primarias, más de uno deberá atenerse a las consecuencias en caso de que no se cumplan sus expectativas.
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