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Reportaje:

Sin rastro de la pequeña Madeleine

Los padres de la niña de 4 años desaparecida en Portugal piden que se siga buscándola

Madeleine McCann debía haber celebrado ayer su cuarto cumpleaños con sus padres y sus hermanos gemelos. Pero la niña británica que desapareció el pasado 3 de mayo en el complejo turístico de Praia da Luz, en el Algarve, sigue en paradero desconocido. Peor: la policía ha suspendido las batidas en la zona y no parece tener pistas que conduzcan hasta ella.

Sus padres, Kate y Gerry McCann, cada día más demacrados, pidieron ayer a los que les han ayudado en estos nueve días que "redoblen los esfuerzos" para encontrar a la niña. "Sigan buscando, sigan rezando y, por favor, ayuden a traer a Madeleine a casa", dijo Alex Woolfall, un portavoz del resort Ocean Club. Para ayudarles, un grupo de empresarios británicos ofreció ayer dos millones de euros por cualquier pista que conduzca a la pequeña. El día anterior, fue un empresario escocés, Stephen Winyard, propietario de un centro de salud en Escocia, el que ofreció 1,46 millones de euros, informa Europa Press.

Mucha gente conoce ya la cara inteligente y los ojos azules y grandes de esta niña "muy especial y muy divertida", según sus familiares. Madeleine desapareció mientras dormía en un apartamento del Ocean Club junto a sus hermanos gemelos de dos años, Sean y Amelie. Eran casi las diez de la noche y sus padres cenaban en el restaurante a 50 metros.

Según dijeron a la policía, cada poco rato iban al apartamento a ver cómo estaban los niños. Praia de Luz es un lugar muy tranquilo y pequeño. Allí viven y veranean sobre todo ingleses y alemanes, pensionistas, profesionales de mediana edad. Uno de esos lugares donde unos padres cuidadosos podrían pensar en dejar a tres niños tan pequeños solos en casa.

Pesadilla de incertidumbre

Médicos, ambos de 38 años, residentes en Rothley, a las afueras de Leicester, y profundamente católicos, los padres vivieron desde ese instante una pesadilla de incertidumbre y culpa. La policía se enteró de la desaparición seis horas después. Tras descartar la hipótesis de que la niña se hubiera ido sola, los investigadores sospecharon de un rapto por encargo y sin motivos económicos. Nadie pedía rescate, el trabajo parecía muy profesional. Como si a Madeleine se la hubiera tragado la tierra.

La Policía Judicial (PJ) ha manejado dos tesis principales de secuestro; que fuera una red de pederastia británica que operara en la zona, o una mafia internacional de venta y adopción de niños. Cientos de policías (y media docena de agentes de Scotland Yard) y decenas de bomberos, turistas y voluntarios han buscado a Madeleine esta semana por tierra, mar y aire en las zonas cercanas a Luz. Más de 200 kilómetros cuadrados han sido pasados a "peine fino".

La PJ piensa que el silencio y la discreción ayudan más en estos casos que la publicidad. Se ha sabido apenas que los perros solo han encontrado el rastro de la niña dentro del complejo, en dos apartamentos contiguos ocupados también por ingleses. Los exhaustivos interrogatorios de la Judicial a sus ocupantes no han dado resultado. La PJ asume que no tiene sospechosos ni testigos. En un día lleno de emoción y lágrimas, una misa en la coqueta iglesia de Praia de Luz, dicha en portugués e inglés, fue dedicada a la esperanza. El cura pidió a los fieles que llevaran un ramo de olivo o una prenda verde.

Los padres de Madeleine, en el centro, con dos amigos en el <i>resort</i> del Algarve.
Los padres de Madeleine, en el centro, con dos amigos en el resort del Algarve.REUTERS

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