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La Guardia Civil ingresa a Piedad en un centro de menores canario

Piedad está ya en un centro de menores. Agentes de la Guardia Civil, funcionarios de la Administración de Justicia y de la Dirección General del Menor del Gobierno de Canarias acudieron ayer a la clínica privada de Tenerife donde estaba ingresada la niña de cinco años, conocida por el nombre ficticio de Piedad, y ejecutaron la sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas, que ordenaba el inmediato ingreso de la criatura en un centro de la isla de Tenerife. Ahí debe iniciar el proceso de reintegración con su madre biológica.

La familia con la que ha vivido la pequeña en los dos últimos años la ingresó en un hospital el pasado martes aduciendo un ataque de epilepsia tras haberle comentado que se iría "de vacaciones" a un centro. El ataque se reprodujo el miércoles por la mañana, según confirmó la Asociación Prodeni.

La sentencia tenía que haberse ejecutado hacía año y medio. Sin embargo, la familia con la que ha vivido esta niña ha recurrido una y otra vez a todas las instancias, ha desobedecido todas las providencias, ha ocultado a la pequeña cuando policías y funcionarios la intentaban recoger en su domicilio y ha rechazado todas las iniciativas planteadas por el Gobierno de Canarias.

Retirada de tutela

A los siete meses de nacida, la Fiscalía de Menores retiró a Piedad de los brazos de su madre cuando ésta pasó varios días encadenada a las puertas del Ayuntamiento de Las Palmas en demanda de una vivienda social. El enfrentamiento de la madre con los trabajadores de la casa de acogida acabó con que el Gobierno de Canarias declarara a la menor en desamparo y asumiera su tutela.

Tras dos años en un centro, la Dirección General de Protección al Menor entregó a la criatura a una familia de Tenerife en régimen de acogimiento preadoptivo, sin autorización judicial y a espaldas de su madre. Ésta planteó una denuncia. Los jueces, tras someterla a todo tipo de pruebas, certificaron que, actualmente, se encuentra en condiciones físicas, mentales y económicas suficientes para afrontar la crianza de su hija, por lo que resuelven su devolución.

A partir de ese momento (junio del año pasado) se inicia una intensa batalla judicial. Los padres de acogida rebautizaron a la niña con el nombre ficticio de Piedad, y consiguieron el apoyo de buena parte de los medios de comunicación y de la opinión pública. Desde el 16 de abril, la Administración, que mantiene la tutela y guarda de esta menor, no sabía ni su paradero, ni su estado físico ni emocional, por lo que presentó una denuncia contra la familia por sustracción de menores.

La Audiencia Provincial de Las Palmas de Gran Canaria dio el viernes un plazo de 24 horas "improrrogable" para que los acogedores devolvieran a la niña, cosa que no hicieron. Lo repitieron el lunes. Finalmente, ayer se procedió a la ejecución forzosa de la resolución.

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