El ayuno de los 40.000 años
Los acusados a los que la fiscal pide más cárcel anuncian una huelga de hambre
El viernes pasado, Rafá Zouhier declaró a bombo y platillo que se ponía en huelga de hambre. Acto seguido, se fue a desayunar. Zouhier es así.
Este lunes, al sentirse traicionado por algunos de sus compañeros de banquillo, se enfrentó a ellos y a punto estuvo de llegar a las manos. Para evitar males mayores, el juez Gómez Bermúdez le concedió la gracia de sacarlo durante unas horas de la habitación de cristal blindado, y al día siguiente Zouhier volvió a tender puentes con el resto de los acusados. Ayer, sin embargo, la situación se puso más seria. El Egipcio, un tipo que en vez de mirar apunta, perdió los nervios. Se llevó toda la jornada gesticulando y, al finalizar la mañana, colocó un papel amarillo junto al cristal.
Hay sesiones que, sin decir nada, lo dicen todo. Ayer le tocaba el turno a un perito de la Guardia Civil que demostró con gráficos y muchos datos que la dinamita y los detonadores partieron de Mina Conchita. "¿Pero usted lo puede asegurar con el cien por cien de seguridad?", le vino a preguntar -aunque con su habitual prosopopeya- el abogado de Suárez Trashorras. "Eso, ni Dios", le respondió el guardia, ya más cerca del Power Point que del tricornio. Al otro lado del blindaje, el enfado de El Egipcio iba en aumento. Hablaba y hablaba y los demás, escuchaban.
El ambiente en las cárceles de Madrid donde están confinados los islamistas encausados en el 11-M ha cambiado mucho en los últimos días. Los que soportan las peticiones de pena más altas -casi 40.000 años por la autoría intelectual o material de los atentados- están muy nerviosos. Fuentes que manejan datos tanto de la policía como de la justicia aseguran que los procesados tenían mucha fe en los "agujeros negros" de la investigación. Hablando en plata: se puede decir que los islamistas eran los mayores hooligan de la conspiración. Si sus abogados defensores -con la ayuda inestimable de algunos abogados de víctimas- conseguían poner en solfa la investigación, desacreditar al juez Del Olmo y a la fiscal Sánchez, si se demostraba que la policía sabía pero no quiso hacer, que ETA andaba entre bastidores, tal vez ellos...
En los patios de Alcalá-Meco y de Valdemoro -donde se encuentran algunos de los cabecillas- ya no se piensa eso. De ahí el enfado de El Egipcio. De ahí las lágrimas recientes del libanés Slimane cuando un perito demostraba su tráfico telefónico con El Chino. Desde el interior de la habitación de cristal blindado, los procesados se han ido percatando de que la petición de penas de la fiscal, lejos de disminuir, puede ir en aumento. De hecho, en el papel amarillo que ayer El Egipcio colocó junto al cristal se leía precisamente eso: "Nos ponemos en huelga de hambre para protestar por los años de cárcel que nos pide la fiscal". Si se tiene en cuenta que la fiscal todavía no ha redactado sus conclusiones definitivas, está claro que son ellos los que ya se van sintiendo condenados.
Ayer muy de mañana, antes de salir hacia el juicio de la Casa de Campo, El Egipcio y Joussef Belhadj dejaron en la prisión de Alcalá Meco sendos escritos en los que anunciaban el inicio de una huelga de hambre. A primeras horas de la tarde, al regresar del juicio, hacían lo propio, pero en la cárcel de Valdemoro, Hassan El Haski y Abdelmajid Bouchard. Los tres primeros están acusados de organizar el atentado. Bouchard es El Gamo, el joven que salió huyendo el 3 de abril del piso de Leganés donde unas horas después se suicidaron sus siete compañeros.
Los abogados de los islamistas para los que la fiscal pide menos años de cárcel ya han advertido a sus clientes: "No os juntéis con los de la huelga. Sólo podéis conseguir un enfado del juez y mucha hambre". Zouhier es el que lo tiene más claro. Una cosa es hacer huelga de hambre y otra, dejar de comer.
LA VISTA AL DÍA
Las llamadas entre los islamistas y la trama asturiana el día del robo
La vista se reanuda el miércoles que viene, tras el puente de San Isidro en Madrid, con el informe pericial sobre las llamadas que se cruzaron los islamistas y la trama asturiana el día del robo de la Goma 2 en la mina Conchita.
"CERTEZA NO CREO QUE LA TENGA NI DIOS"
Un sargento de la Unidad Central Especial número 2 (UCE, que investiga el terrorismo islámico) de la Guardia Civil hizo ayer de perito de las investigaciones del origen de los explosivos del 11-M
"El consumidor exclusivo en la península Ibérica de todas las variedades de detonadores hallados en los escenarios del 11-M es Caolines de Merillés"
"Emilio Llano llevaba una doble contabilidad sobre los explosivos de la mina Conchita, una para la Guardia Civil y otra para la empresa, entre las que hay diferencias muy importantes sobre el consumo en una y otra. No entendemos esta doble contabilidad, salvo que se esté ocultando la realidad"
"A la mina Conchita no se va de paseo y sólo alguien que la conozca puede encontrar un explosivo allí escondido"
"Los explosivos cuyos envoltorios fueron hallados en Leganés proceden de la mina Conchita, pero si me pide la certeza, no creo que la tenga ni Dios"
José María de Pablo, acusador en nombre de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, al día siguiente de ser reprendido por el tribunal por el enésimo intento de vincular a ETA: "Las víctimas a las que represento me piden si todas las fajas de explosivos halladas en Leganés son de Goma 2 ECO"
Los procesados Abdelmajid Bouchar, Hassan El Haski, Youssef Belhadj y Mohamed El Egipcio anunciaron ayer el inicio de una huelga de hambre
EL ORIGEN DE LOS EXPLOSIVOS
La Goma 2 y los detonadores "sólo" pudieron venir de la mina Conchita
El perito de la Guardia Civil que compareció ayer aseguró que la conjunción del tipo de dinamita y de detonadores hallados en los escenarios del 11-M sólo pudo venir de la mina Conchita, que tenía doble contabilidad.
Tres de los principales implicados inician una huelga de hambre
Tres supuestos autores intelectuales del 11-M, Youssef Belhadj, Hassan El Haski y Mohamed El Egipcio, así como el supuesto autor material Abdelmajid Bouchar anunciaron ayer que inician una huelga de hambre.
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