El Ejecutivo afirma que ha impedido el fraude que Batasuna pretendía cometer

La decisión adoptada por el Tribunal Supremo sobre las candidaturas de la izquierda radical abertzale ha supuesto un motivo más para que el PP acuse al Gobierno, sin ambages, de favorecer a ETA. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, proclamaron que por su acción Batasuna no estará en los ayuntamientos como pretendía de forma fraudulenta. Pero el PP no considera las 133 candidaturas impugnadas y se fija en las que no lo han sido para acusar al presidente de "abrir a ETA la puerta de los ayuntamientos".

La glosa de párrafos escogidos del auto del Supremo, en respuesta a la impugnación de candidaturas promovida por la Fiscalía y la Abogacía del Estado al estimar que se trataba de listas encubiertas de Batasuna, sirvió al líder del PP, Mariano Rajoy, y al secretario general del PP, Ángel Acebes, para lanzar acusaciones muy directas al Gobierno de favorecer a la banda terrorista ETA. Desde que se hizo público el auto, el PP insiste en que el Tribunal Supremo hubiera tumbado todas las candidaturas si el Ejecutivo lo hubiera pedido.

"El Gobierno, cumpliendo la Ley de Partidos en su letra y en su espíritu, no lo que algunos interpretan que es esa ley, ha impugnado 386 candidaturas para que no puedan ser utilizadas fraudulentamente como sucesión de Batasuna, y el Tribunal Supremo lo ha ratificado", dijo el presidente. Zapatero, entonces, casi en tono de ruego, instó a Rajoy, a que "deje de faltar a la verdad". El líder del PP utilizó un argumento muy efectista, al margen de toda consideración jurídica. "Cómo pueden ser de Batasuna la mitad de las listas y la otra mitad no". Además, sobre la marcha, denunció una en concreto: la lista al Parlamento navarro ha sido impugnada y no así la del Ayuntamiento de Pamplona, cuando hay nombres que se repiten en ambas. No especificó si la lista tumbada lo ha sido por otros nombres que no están en la del Ayuntamiento.

Y del mismo hilo tiró Acebes para espetar a Fernández de la Vega que "Zapatero ha abierto a ETA la puerta de los ayuntamientos". "No", respondió la vicepresidenta. "El Gobierno ha impedido que estén". Todo ello sazonado con reproches al PP por utilizar el terrorismo, semana a semana, mes a mes, en la lucha partidaria.

Por la mañana, en el Senado, el presidente escuchó otro de los habituales repasos que hace el portavoz del PP, Pío García Escudero, en los que pone la política antiterrorista del Gobierno a los pies de los caballos.

Zapatero calificó el discurso popular exactamente con la palabra que denotaban su rostro y su gesto: "Cansino". Además, con una copia de la sentencia del Supremo en la mano, retó al PP a que dijera públicamente en qué página se hace "insinuación, crítica o recriminación en lo que al Gobierno afecta" por no haber promovido la ilegalización de AN. "La 36", le gritaron desde los bancos del PP.

La sesión de control en el Senado también sirvió para conocer la decisión del Gobierno de no dar "más pasos" para las cuatro reformas constitucionales que se proponía llevar a cabo. Así, el Ejecutivo renuncia porque "existe un terreno muy difícil para poder llegar a un acuerdo" con el PP, según Zapatero.