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Reportaje:Elecciones 27M

Cuerpo a cuerpo en las grandes ciudades

Los partidos de izquierda acortan distancias y aspiran a derrotar en las capitales al PP

Quedan dos minutos de partido y no hay posibilidad de que la oposición dé la vuelta al marcador electoral, proclamó hace dos semanas el presidente del PP valenciano, Francisco Camps, en una metáfora futbolística tan del gusto de los políticos. Lo asegura su gurú de la demoscopia electoral, Rafael Blasco, que sólo prevé algún problemilla en Alicante, donde la crisis interna sacude al PP. Los números de la oposición dicen otra cosa, que "hay partido" y que los minutos finales serán intensos en el área municipal. Las capitales valencianas concentran el 30% del voto local y son la pieza clave para ganar las elecciones autonómicas. Las tres las gobierna con mayoría absoluta el PP, que apenas sufrió desgaste en 2003 y sacó al principal partido de la oposición, el PSPV-PSOE, una ventaja de 20 puntos en Valencia, 9 en Alicante y 14 en Castellón. Pero eso fue hace cuatro años. La distancia entre los conservadores y la izquierda se ha acortado. La batalla en las grandes ciudades está servida.

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- Valencia. Los socialistas han renovado cartel en las tres capitales, con candidatos ajenos al aparato partidario. En Valencia, la apuesta por la diputada y ex ministra Carmen Alborch para enfrentarse a la probada solidez en las urnas de la alcaldesa popular, Rita Barberá, aspirante a un quinto mandato, ofrece el duelo más atractivo. El de dos políticas de larga trayectoria pública, con tirón popular, pero de personalidad muy distinta, como lo es también su modelo de ciudad.

Alborch lleva meses recorriendo los barrios y ha apuntado las carencias de una ciudad de dos caras, la de los grandes eventos y la postal de la Ciudad de las Artes, y esa otra a la que le faltan centros de salud, colegios y parques. El PP, mientras, ha jugado a minimizar el posible efecto Alborch en el 27-M y hasta hace pocos días ha mantenido inalterable la agenda de la alcaldesa, como si las elecciones estuvieran lejos y la contrincante no importara.

La candidata popular se presenta como garantía de estabilidad y "buena gestión", con 600 propuestas "a la medida de Valencia y para aquellos que quieren seguir en esta senda de progreso", afirma su portavoz de campaña, Alfonso Novo. Más grandes eventos, como la fórmula 1, 18.000 viviendas sociales, dotaciones para los barrios y un Defensor del Contribuyente, son algunas de sus propuestas. Una Valencia en la que el ciudadano recupere el espacio público, tenga equipamientos cerca de casa y participe en las decisiones que le afectan, conforman la base de un programa socialista en el que destaca también la oferta de vivienda asequible y la atención a los servicios sociales.

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Ambas propuestas se medirán en una campaña que el PP pretende de perfil bajo para no agitar las aguas en la izquierda y contener el desgaste de 16 años de gobierno, y en la que Barberá se centrará en visitar los barrios y en advertir contra el "galimatías" de una posible coalición de socialistas y Esquerra Unida (EU), cuya suma los sitúa en algún sondeo cerca de la mayoría de 17 concejales. El PP cuenta ahora con 19, una clara ventaja, por 12 del PSPV-PSOE y dos de EU, que aspira a ser determinante en una hipotética derrota popular. El Bloc se ha integrado en la lista socialista para que sus votos caigan "en la cesta del cambio". El PP también deberá cubrir el flanco valencianista para frenar pérdidas por la derecha. Los socialistas buscarán movilizar el voto con una campaña de proximidad de Alborch a los ciudadanos -vista la censura de Canal 9-, en la que explicarán "medidas concretas que inciden en la vida diaria, como el transporte, la vivienda o la necesidad de guarderías", apunta el número dos, Rafael Rubio. "Hay que explicar que no es lo mismo que gobiernen unos que otros", añade. La personalidad de Alborch marca el tono de una campaña diferente, con iniciativas como la geganta que paseó su imagen en Fallas o los GestosxCarmen, actos en su apoyo.

- Alicante. Si Valencia es el escenario de una batalla entre dos potentes candidatas que de momento se ignoran, en Alicante también hay aspirantes que se dan la espalda, pero del mismo partido. El enfrentamiento entre zaplanistas y campistas perfila dos campañas del PP. La de Luis Díaz Alperi, fiel a Camps, que pretende revalidar su mayoría absoluta por tercera vez, y la de José Joaquín Ripoll, su número dos, pendiente de amarrar los votos de la Diputación y salvar así los restos del naufragio sufrido por los seguidores de Eduardo Zaplana en la confección de listas. Apenas se les ha visto juntos. Aunque el alcalde presume de que sacará al menos 17 concejales, los sondeos de su propio partido lo cuestionan. El margen del PP en Alicante es más estrecho. Con 14 ediles frente a los 12 socialistas y uno de EU, el vuelco electoral se antoja a la izquierda al alcance de la mano. Con la peculiaridad de que han surgido dos candidaturas nuevas, Vecinos por Alicante, que beberá en el caladero del descontento con el PP, pero también puede arrancar votos a EU, y Ciudadanos, de escaso eco.

A la crisis interna, posible factor de desmotivación del votante popular, Alperi suma la condición de imputado por una supuesta prevaricación. "Se jacta de ello y eso es un síntoma claro de decadencia. Y la gente se pregunta: ¿si no gobierna en su propia casa, cómo va a gobernar en la ciudad?", afirman los socialistas. Estos apuestan por la imagen de juventud y frescura de Etelvina Andreu, ex subdelegada del Gobierno y sin ataduras con el aparato del partido, que ha sido jubilado en la lista. La candidata ha convertido la calle en su despacho electoral -el PP le niega salas-, y centra su mensaje "en medidas concretas" como la instauración del sereno o alquileres asequibles, para lograr una Alicante "segura, cómoda para vivir, limpia y solidaria". "No hay que hacer campañas extraordinarias, a mí la gente en Alicante ya me conoce". Así lo ve Díaz Alperi, que centrará el maratón electoral en su persona y su gestión, frente a una candidata que minusvalora. "Le falta un hervor", ha llegado a decir.

- Castellón. En la batalla por Castellón pesa la factura del caso Fabra. Tanto que el candidato popular ha prescindido en las vallas publicitarias de su apellido, el mismo que el del presidente provincial, Carlos Fabra, imputado por delitos contra la Administración Pública. Así, con un simple Alberto Alcalde, el primer edil que sustituyó a mitad de mandato a Luis Gimeno (13 años de mayoría absoluta), afronta sus primeros comicios como cabeza de lista con un desmarque del mentor del PP en Castellón, al tiempo que niega la sombra de corrupción. Un punto de esquizofrenia que no desaprovecharán los socialistas, que han renovado toda la lista salvo un puesto, con Juan María Calles, ex subdelegado del Gobierno, como número uno. Oficialmente, el PP no se plantea otro escenario que mantener sus 15 ediles o aumentarlos, frente a los 10 del PSPV-PSOE y los dos del Bloc, aquí en su plaza más fuerte. Pero en las filas populares se respira cierto nerviosismo ante la posibilidad de que una coalición les arranque dos concejales y la alcaldía. Mientras los socialistas cuentan con un aumento de concejales, el Bloc prevé consolidar sus dos ediles, EU pelea por su primer escaño. Para evitarlo, Alberto Fabra ha trabajado en un perfil propio como alcalde y se prodiga en actos y comidas con jubilados. Calles tampoco ha parado y ha fletado un autobús electoral para divulgar un plan de movilidad contra el caos del tráfico y uno de vivienda asequible, entre otras ofertas.

- Elche. La cuarta ciudad de la Comunidad Valenciana, feudo socialista, ha estado en manos de Diego Macià tres mandatos y en este último se ha ejecutado milimétricamente el relevo de su delfín, Alejandro Soler, heredero de una familia de históricos del partido y con sobrada experiencia en la gestión municipal. Con 15 concejales por 11 del PP y una edil de EU, los socialistas navegan hacia una nueva victoria. Especialmente tras la escabechina que ha dejado al frente de la lista a Mercedes Alonso, campista, y ha dejado fuera a los zaplanistas y seguidores de Manuel Ortuño, que se presenta por la Agrupación Popular Torrellano-L'Altet. Elche es la única gran ciudad en la que se ha reeditado el pacto del Compromís pel País Valencià, con una candidatura común de EU y el Bloc que busca un segundo edil.

Esta información ha sido elaborada por Sara Velert, Ezequiel Moltó, María Fabra y Cristina Medina.

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