La magnitud de los héroes de bronce
La Obra Social de La Caixa promueve una exposición en la Rambla de Catalunya de 23 grandes esculturas del artista Igor Mitoraj
A primera hora de la mañana, unas telas con el emblema de la Obra Social de La Caixa cubrían unas enormes estructuras que los vecinos de la Rambla de Catalunya ya sabían, desde hacía algunos días, que eran las pesadas esculturas del artista de origen polaco Igor Mitoraj (Alemania, 1944). La instalación de las obras, monumentales y robustas, fue laboriosa, pero la exposición, que podrá verse en este emplazamiento hasta el 1 de julio, se inauguró ayer de forma oficial y tras quitarles el velo a los cuerpos desnudos de dioses y héroes los transeúntes no tardaron un minuto en hacerse fotos ante los torsos y cabezas de Mitoraj.
Los primeros fueron Ricard Fornesa, presidente de La Caixa, y Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, ya que la ciudad ha cedido el espacio público para la exposición. La entidad financiera ha impulsado este proyecto de arte en la calle para acercar el arte a la ciudadanía, ya que, a juicio de Fornesa, a la gente aún le cuesta mucho entrar en museos y galerías, por lo que así se lo encuentran en plena calle. Las esculturas han podido ya verse en otras ciudades: Granada, Valencia, Palma de Mallorca, Vigo y Sevilla (en donde, por cierto, el Ayuntamiento ha comprado dos de las esculturas), y tras presentarse en Barcelona se verá en San Sebastián, A Coruña y Madrid.
En Barcelona la exposición es más amplia. En dos tramos de la Rambla de Catalunya, entre la Gran Via y la calle de Consell de Cent, se han instalado 23 esculturas de bronce de gran formato -en una instalación un tanto abigarrada que ocupa en exceso la vía pública- y en Caixafòrum se presentan otras dos estatuas monumentales y una selección de 14 mármoles y 35 dibujos que dan cuenta del proceso de trabajo del artista, sobre el que también se ha editado un catálogo.
Mitoraj, que explica que fue colaborador del dramaturgo y director teatral Tadeusz Kantor, lleva años intentando recuperar el estilo del arte clásico y renacentista, aunque se permite alguna que otra pequeña licencia de carácter onírico, simbólico o, a juicio de algunos, surreal. Su modelo es casi siempre el hombre, su cuerpo, su torso, su cara, sus piernas..., pero en los títulos alude a veces a seres mitológicos como Eros o Ícaro. "Eros es el de hoy, no es una alusión directa al mito, sino a su expresión hoy en día", comentaba ayer el artista.
"El arte antiguo tiene un alma propia y es siempre un modelo para nosotros, como lo fue la sociedad griega antigua con su culto a la proporción o a la democracia. Ahora parece que hemos olvidado esta fuente originaria de nuestra civilización", añadió Mitoraj, quien insistió en que sus modelos y de lo que quiere hablar es el hombre contemporáneo, de hoy. "No me interesa la moda, hago un arte muy difícil, que es figurativo, y supongo que sobre el mismo hay opiniones para todos los gustos. En cualquier caso, estoy en lo opuesto del arte posmoderno", comentó decidido el artista, que se mostró encantado de que la gente tocara sus esculturas e incluso de que los niños se introdujeran literalmente en ellas.
Lo que está claro es que la propuesta de Mitoraj ha encandilado sobre todo a los directivos de la entidad financiera. El galerista Joan Gaspar comentó ayer que ya a finales de los ochenta comenzó a exponer a Mitoraj en Barcelona; el ex presidente de La Caixa y del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, que ayer acudió a la inauguración, fue uno de los primeros coleccionistas de sus esculturas.
Años más tarde, y cuando ya Gaspar había exhibido tres grandes cabezas del artista en la calle de Enric Granados de Barcelona, fue José Francisco de Conrado y Villalonga, director general de la Fundación La Caixa, el que se quedó prendado de estas piezas tras verlas instaladas al aire libre en París. Tanto le gustaron, explicó en una ocasión, que planeó esta gira española del artista, que curiosamente está en los antípodas del arte contemporáneo que hasta hace poco había defendido la entidad en su magnífica y prestigiosa colección de arte contemporáneo internacional. Pero las cosas cambian. Fornesa indicaba ayer que esta línea de exposiciones continuará y que ya se está trabajando para realizar una operación similar con las obras escultóricas de Manolo Valdés.
La apuesta es fuerte. La Caixa invierte entre 125.000 y 180.000 euros, en función de la ciudad, en la instalación, transporte y mantenimiento de esta exposición al aire libre. El Ayuntamiento de Barcelona les pide que haya seguridad las 24 horas del día, si bien los técnicos de la entidad la veían innecesaria ya que es casi imposible que se puedan robar las piezas debido a su enorme peso, y el posible vandalismo de pintadas o suciedad está previsto en el coste, ya que se prevé la restauración de las obras después de cada instalación. Lo que sí hay son unas jóvenes con el emblema de la entidad que reparten chapas de propaganda rambla arriba y rambla abajo.
Las esculturas son propiedad del artista y, según informó ayer Gaspar, están a la venta por un precio que oscila entre 130.000 y 500.000 euros, de acuerdo con el tamaño.
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