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Motociclismo | Gran Premio de China
Columna
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Preocupación japonesa

Se veía venir. De hecho, no podía tardar demasiado. Hace apenas 24 horas que uno de los peces gordos de Honda Racing Corporation ha admitido sin rodeos la clara superioridad de Ducati en la máxima categoría. HRC no está a su altura -venía a decir el hombre, eximiendo de responsabilidad en este sentido a los pilotos oficiales, Hayden y Pedrosa- porque la labor de desarrollo en la moto ha sido claramente insuficiente. En efecto, los italianos les superan de calle: a la vista están los resultados. Por otro lado, aunque el tándem Honda-Michelin brilla en las sesiones de clasificación, la combinación de Ducati con Bridgestone arrasa en la carrera.

¿Cómo se explica que un constructor tan modesto -en manos del Texas Pacific Group, el mismo que hace un mes anunciaba su posible OPA sobre Iberia, desde los años noventa- comparado con el gigante del ala dorada consiga apabullarlo de este modo? A la Ducati Desmosedici la rebaja de peso y potencia implícita con el cambio a 800cc le ha sentado de maravilla. Por su arquitectura, el motor de cuatro cilindros en V muy abierta -a 90 grados, es decir, en L- exige una configuración menos compacta que los V4 a 70 y 75 o cuatro en línea de la competencia. Yace en un bastidor tubular de acero -en la tradición de la marca- que trabaja asociado a una estructura de fibra de carbono situada en la parte posterior, lo que confiere mayor resistencia al anclaje del brazo basculante. Esta planta motriz, de complicada y ruidosa distribución desmodrómica, dispone de uno de los sistemas de gestión electrónica más avanzados que existen, desarrollado por Marelli, gracias al cual los ingenieros pueden incidir sobre prácticamente cualquier parámetro. Sin menoscabo de su fuerza, el V4 admite ahora ser administrado con mayor eficiencia que sus antecesores.

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Todo ello se traduce sobre el asfalto en una máquina algo más larga y con mayor distancia entre ejes que calza una llanta delantera de media pulgada más de diámetro -16,5 contra 16- que el resto de motos en liza. Ciertamente, su manejo no resulta nada sencillo ni apto para cualquier piloto y sigue algo brusca de reacciones, pero muy rápida y bendecida por su excelente estabilidad a alta velocidad. No debe sorprendernos que los circuitos con largas rectas, en las que se pueden alcanzar máximas elevadísimas, sean su terreno ideal y, exceptuando Jerez, es en esta clase de pistas en las que se han celebrado los grandes premios que llevamos hasta ahora.

Le Mans, Mugello y Montmeló también son escenarios favorables a Ducati y a su piloto estrella, Casey Stoner -el año pasado fue el más rápido en los tres sobre una Honda-. Tal vez este panorama pueda variar a partir de la segunda mitad del campeonato, pero esto también dependerá de lo que los japoneses, Honda y también Yamaha, aspirante a renovar la corona de 2005, puedan o sepan hacer hasta entonces. Contricción aparte, razones para preocuparse no les faltan, desde luego.

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