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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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Lo inmobiliario

La tormenta ocasionada hace un par de semanas en la Bolsa española en torno a las empresas inmobiliarias ha provocado fundadas reflexiones entre inversores y analistas acerca de si la explosión de estas burbujas bursátiles anuncia otra explosión más importante, la de la vivienda. Es posible, pero hay que señalar que la burbuja inmobiliaria no es comparable a las que, ciclo tras ciclo, vemos en las Bolsas, donde muchos valores alcanzan cotizaciones disparatadas.

Es cierto que entre 1995 y el primer trimestre de 2007 el precio de la vivienda ha aumentado un 196%, frente a un 40% que lo han hecho el IPC y las remuneraciones medias de los asalariados (gráfico izquierdo), pero eso no quiere decir que el precio de la vivienda esté sobrevalorado en esa cifra. Según estudios solventes, la sobrevaloración sería del orden del 20% al 30%, algo que ya hemos visto en otros ciclos anteriores. Este aumento del precio se ha producido básicamente por la intensa caída de los tipos de interés, que, además de originar por sí misma una apreciación de los activos mobiliarios e inmobiliarios, propició un fuerte repunte de la demanda al reducir notablemente el esfuerzo de las familias para acceder a la vivienda (gráfico central). La clave de cómo se desarrollen los acontecimientos a partir de ahora está precisamente en si dicha demanda era real (no especulativa) y en la evolución de la misma.

"El riesgo es serio e importante para el empleo y para las rentas de cientos de miles de ciudadanos"

Lo primero se contesta al observar los datos del gráfico derecho. Vemos cómo las viviendas iniciadas han ido paralelas al número de hogares nuevos, situándose por encima de éstos en unas 190.000 por año, cifra esta última que se explica perfectamente por la demanda de segundas residencias y de los extranjeros. No parece que haya habido, por tanto, una demanda especulativa importante que pudiera salir de repente al mercado y hundir los precios. Sí que se observa, sin embargo, la generación de un exceso de oferta en el último año. Así, los visados (proyectos listos para ser iniciados), que venían siendo igual a las viviendas iniciadas hasta 2005, superaron a éstas en unos 100.000 en 2006 y las viviendas iniciadas superaron a los hogares creados en unas 262.000. Este exceso de oferta se estaría originando por la caída de la demanda, lógica si tenemos en cuenta que el "esfuerzo" para acceder a la vivienda ha ido subiendo y se sitúa ya en torno a los valores de hace diez años.

El desajuste entre oferta y demanda está provocando la desaceleración de los precios (gráfico izquierdo), cuyo aumento podría acercarse a cero en 2008 e incluso entrar en terreno negativo en los siguientes. La profundidad de esta caída dependerá de en qué medida se siga debilitando la demanda y ello, a su vez, de la evolución general de la economía y de los tipos de interés. Los expertos calculan que en los próximos años la demanda anual de viviendas puede reducirse a unas 500.000, casi un 35% por debajo de las 760.200 que se iniciaron en 2006. Es una cifra muy a tener en cuenta, pues eso podría provocar por sí mismo un punto porcentual por año de menor crecimiento del PIB durante los próximos tres o cuatro años, a lo que habría que sumar los efectos indirectos o inducidos. Cabe pensar que el empleo se vería afectado en mayor proporción, provocando un aumento del paro. No quisiera alarmar, pero creo que el riesgo es serio e importante. No sirve con decir que el aterrizaje será suave y que los precios no caerán apenas. No se trata sólo de los precios, sino sobre todo del empleo y las rentas de cientos de miles de españoles e inmigrantes.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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