Fraga ordenó pagar cheque en mano las ayudas a los emigrantes
La Xunta estableció en 2002 el reparto de talones de 300 euros a gallegos en el exterior
La práctica del cheque en mano al emigrante, que esta semana le costó el cargo a la directora de la Fundación Galicia Emigración, Pilar Pin, la estableció el Gobierno de Fraga el 31 de julio de 2002. Aquel día, el Consejo de la Xunta de Galicia aprobó una orden que amplió los programas de ayudas a los gallegos residentes en el exterior. Uno de sus artículos encomendó a la consejería de Emigración arbitrar los pagos "de forma directa mediante cheque bancario" de al menos 300 euros. Otro autorizó al director general de Emigración a resolver "la concesión o denegación" de las ayudas.
Fue el Gobierno de Manuel Fraga el que, en julio de 2002, estableció como forma de pago de las ayudas a la emigración el sistema de talón en mano. El artículo 9 de la orden, por la que se ampliaron los programas asistenciales a los gallegos en el exterior, encomendó a la consejería de Emigración que arbitrara "el método de pago a los beneficiarios de forma directa mediante cheque bancario".
La concesión o denegación de las ayudas se dejó a criterio de una única persona: el director general de Emigración, dependiente de la misma consejería, con el argumento de lograr "una mayor operatividad y eficacia" y "dada la especificidad del programa" de subvenciones. La orden se aprobó en el último Consejo de la Xunta anterior a las vacaciones de agosto de 2002 y se publicó en el Diario Oficial de Galicia la semana siguiente, a nueve meses de las últimas elecciones municipales.
Una partida de 900.000 euros
La orden de la Xunta permitió al entonces consejero de Emigración, Aurelio Miras Portugal, complementar y ampliar unos programas creados en enero de aquel mismo año. En manos de esa consejería quedaba la concesión de cheques bancarios de al menos 300 euros para ayudas individuales y directas, destinadas a gallegos residentes en el extranjero en situación de precariedad económica. Las subvenciones se concedieron con cargo a una partida de 900.000 euros, "ampliables" mediante operaciones de crédito o por aportaciones de las diputaciones.
El reparto de esos mismos talones asistenciales forzó esta semana la dimisión de la directora de la Fundación Galicia Emigración, a instancias del presidente de la Xunta, el socialista Emilio Pérez Touriño, después de que se conociese que el secretario general del PSOE en Uruguay había entregado cheques a emigrantes.
Touriño juzgó ayer, en una entrevista a Europa Press, como "un error de procedimiento sólo en cuanto al momento y a la forma" la entrega de los talones. Destacó que "ese error fue corregido de raíz en menos de 24 horas" con las dimisiones de Pin y del secretario general del PSOE Uruguay como delegado de la Fundación Galicia Emigración en aquel país. Touriño afirmó que ha emprendido "un periodo inmediato de reflexión de hasta dónde y cuánto" es necesaria esta fundación. "Desde luego, no puede ser un instrumento de mediación indebida en términos de la relación política", sentenció.
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