"Los escritores se retraen del cine, pues el crédito se lo llevan otros"

El mexicano Guillermo Arriaga se resiste a utilizar la palabra guión, le parece peyorativa. Pero su nombre aparece como guionista en los créditos de cinco películas, entre ellas tres esenciales de la última década: Amores Perros, Babel y 21 gramos. Las dirigió Alejandro González Iñárritu pero a Arriaga, en cuya mente se gestaron los tres filmes, no le parece bien que el crédito de autoría quede sólo en manos del director. Su reivindicación por ser reconocido como "escritor de obras de cine" y, por tanto, de compartir el crédito con el director, ha llegado tan lejos que el matrimonio creativo entre Iñárritu y Arriaga se deshizo estruendosamente en víspera de los Oscar, donde Babel caminaba hacia los premios con siete candidaturas (incluida la de mejor guión y mejor director), aunque al final sólo obtuvo el de mejor banda sonora. La semana pasada Arriaga, de 49 años, habló de cine y literatura en Nueva York como invitado del Festival de escritores PEN (tiene tres novelas publicadas) y después conversó sobre su divorcio profesional de Iñárritu y el futuro del cine.

"Si no escribes, las historias se te agarran a la garganta, se oxidan y te envenenan"

Pregunta. ¿Qué diferencia a un escritor de un cineasta?

Respuesta. Me considero una voz que quiere contar historias y, a veces, lo hago como cineasta y otras con novelas. Pero lo que hago para cine también es literatura. Es el mismo proceso de creación, el formato es distinto, pero a nadie se le cuestiona si hace literatura o no cuando escribe teatro.

P. ¿En qué debe basarse la relación entre director y guionista?

R. Debe ser una relación de respeto, de colaboración de compartir los mismos gustos... Ahora se está cuestionando la autoridad de las películas de muchas formas. Para mí la autoría tiene que ver con el origen de la historia. ¿Por qué el escritor no es autor en el cine? Sin historia no habría películas.

P. ¿Ésa fue la causa de su ruptura con Iñárritu?

R. Nuestra relación dejó de funcionar por las mismas razones por las que deja de funcionar un matrimonio; conflictos, visiones distintas, pugnas que crecen. No obstante, pienso que Alejandro es un gran director y me siento orgulloso de las películas que hicimos. Pero nuestra pugna no ha sido en lo creativo si no en lo extra creativo.

P. Lo que trascendió públicamente es que fue una disputa respecto a quién se lleva los méritos...

R. Claro, no estoy de acuerdo con el crédito de "una película de... el director". Es un trabajo conjunto. Tampoco estaba de acuerdo en que Alejandro dijera "mi trilogía" cuando yo la visioné mucho antes de conocerle.

P. ¿Existe una solución a ese conflicto, cuando durante cien años nos hemos referido a las películas de "el director"?

R. El cine es un arte muy joven, está creando sus acomodos. El manifiesto de los escritores europeos -presentado durante la Berlinale- es muy claro en ese sentido, los escritores de cine quieren discutir la autoría de las películas. Las cosas no son por decreto, pueden cambiar. ¿Dónde está la mayor crisis del cine ahora mismo? En la falta de buenas historias. Los escritores no quieren escribirlas y se retraen del cine porque el crédito se lo llevan otros. Pregunta a Charlie Kaufmann o David Mamet. No es que Arriaga esté loco y esté luchando solo. Se avecinan cambios.

P. Pero no todos los escritores quieren escribir para el cine...

R. Les interesaría más si el crédito no se lo llevara otro.

P. ¿Y por qué no dirige su propio largometraje?

R. Lo haré pronto, en Estados Unidos, aunque no puedo decir más. Ya dirigí antes (cortos y documentales). Pero ese planteamiento es un error: "Dirigir para ser autor de verdad". La gente habla de dar el salto a la dirección. ¿Qué salto? Como si dieras el salto hacia arriba... ¿por qué? Ese planteamiento cancela la posibilidad de rebeldía y yo no estoy de acuerdo. Yo voy a dirigir porque me gusta.

P. ¿Cómo espera que sea recibida la película El búfalo de la noche (producida y escrita por él y basada en su novela homónima)?

R. Con controversia. A los jóvenes les gustará, pero a los mayores no porque los personajes son durísimos. Levantará odios y pasiones.

P. García Márquez dice que escribe para que le quieran. ¿Usted?

R. Por lo mismo, porque si no escribes las historias se te agarran a la garganta, se oxidan y te envenenan. Es una necesidad de comunicación, de dialogar, de ser leído.

P. ¿Hay más ego en el mundo del cine o en el de la literatura?

R. En el del cine, sin ninguna duda.