_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La biología

Juan José Millás

Del recién nacido, sea mendigo o príncipe, sólo se predica su estatura y su peso. A veces informamos también de cómo se llamará, pues todavía no se llama. Hay mujeres que incluso con el cuerpo del niño entre sus brazos dudan aún entre Federico, Luis o Jenofonte. La estatura y el peso son, pues, las únicas referencias auténticas con las que venimos a este mundo y las que comunicamos a los parientes y amigos. Ha pesado tres kilos y ha medido 50 centímetros. Curiosamente, son los datos que se omiten cuando alguien muere. No se dice: pesaba en el momento de fallecer 70 kilos y medía 1,60. Se dice, como en una necrológica que tengo delante, que Fulano fue físico nuclear y filósofo, que participó en los programas de la Alemania nazi para conseguir la bomba atómica, aunque más tarde derivaría hacia un pacifismo radical.

No deja de ser curiosa esta evolución desde lo meramente material hacia la novela. La expresión "biografía novelada" es redundante, puesto que toda vida está condenada a convertirse en una historia. La existencia más gris deviene, en boca de sus deudos, en un relato, por lo general muy bien articulado, que se ajusta a los patrones narrativos vigentes desde que el mundo es mundo. Ahí está el cuento del chico que entró de botones en un banco que llegaría a presidir; el del que comenzó vendiendo periódicos y llegó a dirigir un grupo de comunicación; el del soldado raso que alcanzó el generalato. Pero también el del que dilapidó una fortuna económica o moral y murió en la miseria; el del que habiendo dormido entre sábanas de lino eligió vivir entre los pobres. Y, por supuesto, el que se arrepintió de inventar la bomba atómica.

Si siguiéramos las necrológicas del periódico con atención, en unos meses podríamos establecer, a la manera de Vladimir Propp, una morfología existencial con no más de 15 o 20 arquetipos estables a los que se ajustan todas las biografías. Venimos al mundo a hacer una novela (algunos temperamentos locos, además, la escribimos). Todo ello a partir del peso y la estatura. Pero para novela (y de terror), el embarazo, la formación de los ojos, de la lengua, de los párpados, la aparición de los dientes... La biología, en fin.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_