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Cincuenta ONG auditarán sus objetivos sociales

Un total de 50 ONG de iniciativa social asentadas en el País Vasco auditarán sus objetivos y los medios que utilizan para conseguirlos en una iniciativa que se realiza por primera vez y que pretende ofrecer más transparencia sohbre la labor de estos organismos. Mañana es el día previsto para que se inicien las auditorías sociales, una herramienta evaluadora que no se halla regulada oficialmente. El proceso finalizará el próximo 8 de junio, según indicaron en Bilbao sus promotores, aunque hasta noviembre no se harán públicos los resultados de las auditorías.

La Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) nació en 1997 y agrupa a 34 ONG de Euskadi, que se han asociado para defender valores diferenciales de otras organizaciones no lucrativas. Esas 34 asociaciones se someterán a la auditoría, y a la iniciativa se han sumado otras entidades hasta llegar al citado medio centenar.

La auditoría social se aleja de los criterios de rentabilidad económica y financiera, los habituales utilizados en estos estudios, para medir el impacto social de las entidades solidarias en función de sus objetivos y valores, así como la coherencia de medios para conseguirlos. Se mide así la forma en que las ONG intentan conseguir sus objetivos, incidiendo en aspectos clave de la gestión, como indicaron varios miembros de REAS en la presentación de la iniciativa, a la que esperan que se sumen más asociaciones en próximos años. La propuesta se rige por los principios de la economía solidaria recogidos en la carta Emprender por un mundo solidario. "Se trata de un proceso que permite a una organización medir su eficacia social y su comportamiento ético en relación a sus objetivos", apuntan.

En 2006, ya se realizó un experimento de este tipo de mecanismo evaluador con 17 entidades. La auditoría social es un mecanismo de evaluación que realiza la propia asociación y no un ente ajeno. Los resultados obtenidos se utilizarán no sólo como diagnóstico de la salud del sector, sino como un instrumento de mejora, ya que en una segunda fase la propia entidad puede identificar los aspectos en los que peor se encuentra con respecto al nivel en que le gustaría encontrarse.

La dirección de cada entidad analizada debe identificar los indicadores de la auditoría en que ha logrado peores resultados cuál sería su estado ideal a alcanzar en un periodo de tres años.

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