Las virtudes del sonido

"La música tiene la capacidad de apaciguar un espíritu salvaje, ablandar rocas o doblar un viejo roble". La conocida cita de la tragedia The mourning bride (La novia de luto), del poeta y dramaturgo británico William Congreve (1637-1708), ilustra poéticamente a la perfección el efecto emocional que la música, como obra de arte, puede producir en el ser humano. Pero antes de que llegue al cerebro y pueda generar emociones, a la música hay que crearla y ejecutarla y en ese proceso intervienen dos disciplinas de la ciencia: la matemática -relación ya teorizada por Pitágoras- y la física. La primera tiene que ver con la ordenación de las notas musicales y la segunda con el sonido que llamamos música.

Es precisamente la emisión del sonido y la forma en que el oído y el cerebro lo perciben el tema que explora Física y música. Vibraciones para el alma, que Cosmocaixa presenta hasta marzo de 2008 en Barcelona. La exposición trata de como el sonido -la sensación auditiva que produce el fenómeno físico originado por la vibración regular de los cuerpos- llega al oído propagado por ondas a través del aire y de cómo es percibido por el cerebro.

El recorrido se inicia con el sonido y sus propiedades: el tono, relacionado con la frecuencia del sonido que hace que sea más agudo o más grave; el timbre, con el conjunto de armónicos que vibran en frecuencias múltiples de la onda principal y que determinan la calidad y características del sonido, y la intensidad, o volumen, que viene determinada por la amplitud de la onda. Una serie de módulos interactivos, característicos de Cosmocaixa, permiten al visitante experimentar con estas propiedades para comprenderlas, además de poder visualizar algunas de ellas con potenciómetros que permiten ver el efecto físico de las frecuencias de sonido en un medio como el agua o el aire.

El apartado central de la exposición está dedicado a los instrumentos creados por el hombre para producir sonido, entre los que se exhibe una de las singulares guitarras de 10 cuerdas usadas por Narciso Yepes. Estos instrumentos producen sonido a través de viento, cuerda, membranas, cuerpos rígidos y la propia voz humana y conducen al visitante hasta una vitrina en la que se reproduce el taller de un luthier de violines, un instrumento cuya construcción artesanal no se ha modificado a lo largo de los siglos.

El trayecto culmina con un variado muestrario de los instrumentos-esculturas de los hermanos François y Bernard Baschet, un ingeniero acústico y un músico que han inventado una nueva familia de instrumentos musicales con arcos de cristal y teclados multitímbricos llamados "estructuras sonoras" en los que establecen una estrecha relación entre la forma (aspecto estético) y el sonido. Las obras de los Baschet -que son objeto de una exposición que hoy (19.00 horas) se clausura con un concierto en la sociedad de Amigos de las Artes y Juventudes Musicales de Terrassa, ciudad en la que vive François-, han sido cedidas por 15 años para su exposición permanente en Cosmocaixa.