Tres años y un día
La Justicia boliviana tiene que resolver, antes del 3 de mayo, el recurso sobre el fallo que absolvió al sevillano Javier Villanueva
Tres años y un día dura el calvario de Javier Villanueva. La Feria de Sevilla estaba casi rematada cuando, aquel 28 de abril de 2004, saltó la alarma. Villanueva, que entonces tenía 27 años, había sido detenido en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). Su familia, natural como él de Sevilla, ni siquiera sabía de qué le acusaban. Las noticias desde aquel país latinoamericano llegaban poco a poco, hasta que Francisco, el padre del joven detenido, comenzó a completar el puzzle. A su hijo le acusaban de haber participado en la muerte de la fiscal boliviana Mónica von Borríes y de pertenecer a un entramado criminal liderado por el italiano Marco Marino Diodato, condenado por narcotráfico y actualmente en paradero desconocido.
Aunque fue absuelto, se le mantuvo la orden de arraigo para que no abandonara Bolivia
Desde entonces a Villanueva y a su familia les ha cambiado la vida. El joven estuvo preso primero en la comisaría central de Santa Cruz. De allí paso al infierno, al penal de Palmasola, una cárcel masificada y tercermundista en la que ha estado recluido 18 meses, el plazo máximo que puede estar un reo privado de libertad sin que se celebre un juicio en Bolivia. Luego, estuvo bajo arresto domiciliario. Y por fin a principios de 2006 se celebró la vista. El 13 de marzo el Tribunal Cuarto de Sentencia de Santa Cruz de la Sierra absolvió al sevillano al no encontrar pruebas que lo vincularan con el atentado contra la fiscal, quien, cuando fue asesinada, llevaba varias causas comprometidas contra terratenientes y narcotraficantes. Villanueva se enfrentaba a una pena de 30 años de prisión, según solicitó la Fiscalía, que, a diferencia del sistema español, también se encarga de liderar la investigación y las pesquisas en este tipo de casos.
Aunque el sevillano fue absuelto, se le mantuvo la orden de arraigo para que no abandonara el país. Ni la Fiscalía, liderada por Hugo Iquise, ni la acusación particular se dieron por vencidas tras el primer fallo judicial. Y anunciaron su intención de recurrir. Hace unos 20 días se celebró la vista oral en la Corte Superior de Distrito de Santa Cruz. Según la prensa local y el padre de Villanueva, ni la Fiscalía ni la acusación han presentado más pruebas que en el juicio de 2006. Simplemente, han argumentado que no fueron tenidas en cuenta sus pruebas -basadas principalmente en el testimonio de otro de los acusados que admitió haber llegado a un acuerdo con el fiscal y que dijo haber visto al sevillano en el lugar del atentado aunque sin llegar a ver su rostro-.
Los jueces Hernán Cortez y Edgar Terrazas, encargados del caso, tienen de plazo hasta el 3 de mayo para hacer público si revocan o ratifican el fallo absolutorio. "Nos han dicho que podría hacerse público el miércoles o el jueves, apurando el plazo", dijo ayer el padre de Villanueva. "Estamos esperanzados, aunque con la Justicia de Bolivia puede pasar cualquier cosa", añadió.
Por su parte, la defensa de Villanueva ha solicitado a la Corte Superior que, si se ratifica la absolución, le sea retirada la orden de arraigo, que le impide salir de Bolivia. Además, han pedido también la devolución de la fianza de 50.000 euros que tuvieron que entregar cuando a Villanueva se le permitió salir del penal de Palmasola.
Ayer se cumplieron los tres años desde la detención del sevillano. Su padre indicó que, transcurrido ese tiempo, la legislación boliviana establece que, si no hay una sentencia contra el acusado, los cargos se anulan y debe quedar en libertad.
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