Arabia Saudí detiene a 172 sospechosos de terrorismo

Arabia Saudí anunció ayer la desarticulación de una de las mayores redes terroristas del país. La policía ha detenido a 172 milicianos que preparaban ataques contra instalaciones petrolíferas y bases del Ejército, utilizando incluso aviones. Algunos de los objetivos de los terroristas se encontraban fuera del reino. Los detenidos, vinculados a Al Qaeda, planeaban el asalto de cárceles para liberar a presos y atentados contra cargos públicos.

Parte de los detenidos, que estaban distribuidos en siete células, estaban recibiendo formación como pilotos para ejecutar ataques aéreos, según indicó el Ministerio del Interior en un comunicado, aunque no especificó si los pilotos estaban preparándose para estrellar sus aeronaves contra objetivos petroleros, como hicieran los pilotos suicidas del 11-S contra las Torres Gemelas de Nueva York y el edificio del Pentágono de Washington.

Con esta redada se desmantela la mayor red terrorista desde que, el 12 de mayo de 2003, milicianos vinculados con Al Qaeda comenzaran una campaña de ataques con bombas que ha causado la muerte de cientos de saudíes y extranjeros en Arabia Saudí.

En la redada fueron detenidos ciudadanos saudíes y extranjeros (nigerianos y yemeníes, sobre todo). Las fuerzas de seguridad saudíes se incautaron de 20 millones de riales (cerca de 5,3 millones de dólares). La televisión pública Al Ejbariya mostró imágenes de un arsenal de armamento que va desde pistolas a lanzacohetes y morteros. La mayoría de las armas estaban ocultas bajo tierra, escondidas en tubos y bolsas de plástico.

"Habían alcanzado una fase avanzada de preparación y lo único que faltaba era ajustar la hora cero para sus ataques", explicó el portavoz del Ministerio del Interior, el general Mansur al Turki, en una conferencia de prensa. "Tenían personal, dinero, armas. Casi todos los elementos para que ataques terroristas estuvieran completos con la excepción de ajustar la hora cero", agregó.

Misiones criminales

Algunos de los detenidos dijeron que habían sido entrenados militarmente fuera del reino saudí "para participar en conflictos regionales y después regresar para cumplir con sus misiones criminales". Aunque se desconoce la fecha y el lugar de las detenciones, las autoridades saudíes indicaron que las siete células en las que se dividía la red "juraban obediencia a su líder y cumplir todas sus órdenes". Este juramento tenía lugar siempre junto a la Kaaba, en la ciudad saudí de La Meca, el lugar más sagrado para los musulmanes de todo el mundo.

La operación se interpreta como un éxito sin precedentes para las fuerzas de seguridad saudíes en su campaña contra miembros vinculados a la red Al Qaeda, que pretenden derrocar a la familia real de los Saud, a la que acusan de corrupción. Las detenciones se han realizado cuatro días después de que el ministro del Interior, el príncipe Najib bin Abdelaziz, informase de la publicación de una lista de terroristas.