Cinco familias catalanas logran por su cuenta que un juez de Congo autorice sus adopciones
Tras más de un mes viviendo en Congo, cinco familias catalanas han logrado que un juez autorice sus adopciones y está previsto que regresen a España el próximo miércoles tras conseguir el visado. Pese a las advertencias de la Generalitat catalana y el Ministerio de Asunto Exteriores, estas familias decidieron viajar por su cuenta a la capital de Congo-Brazzaville, contrataron un abogado y han estado durante este tiempo visitando a diario a los niños en la casa-cuna y gestionando los trámites. "El precio ha sido alto psicológicamente, pero hemos convivido con los niños", explicó Oriol Suárez, uno de los padres desplazado a Congo. Su hijo se llama Guille y tiene dos años.
La noticia cayó ayer como una bomba entre el resto de familias pendientes de adopción, una decena. Uno de los padres que permanece en Barcelona, David Parcerisses, denunció la "ineficacia" de la Administración.
La Generalitat informó ayer de que cuentan con el compromiso de la ministra congoleña de Asuntos Sociales de que en julio los niños que sean adoptables estarán en Barcelona con sus padres. La secretaria de Infancia y Adolescencia de la Generalitat, Imma Pérez, se mostró disconforme con "las presiones efectuadas a nivel privado" y subrayó que "el cambio de mentalidad del Gobierno congoleño ha sido a base de intercambios, continuas llamadas y conversaciones" con representantes de la Generalitat.
Las adopciones se paralizaron el pasado verano y, a finales de año, la ministra congoleña anunció que suspendía las adopciones internacionales y que quería revisar los expedientes uno por uno.
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