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Blázquez critica el "excesivo" protagonismo de la laicidad

La Iglesia ve errónea su vinculación con la democracia moderna

María R. Sahuquillo

El concepto de laicidad actual excluye "la religión y sus símbolos de la vida pública", dijo ayer el presidente de la Conferencia Episcopal (CEE), Ricardo Blázquez, durante la inauguración de su Asamblea Plenaria. Blázquez criticó las nuevas formas de entender la laicidad como "un emblema de la postmodernidad y de la democracia moderna", y pidió a los padres que soliciten para sus hijos la clase de religión.

Después de que el vicepresidente de la Conferencia Episcopal criticara el domingo la asignatura de Educación para la Ciudadanía, tachándola de "incompatible con la identidad católica", y alertando de que "lleva hacia el totalitarismo", parece que las aguas están más calmadas. El discurso del obispo de Bilbao y presidente de la CEE, Ricardo Blázquez, durante la inauguración de la Asamblea plenaria de la conferencia, no habló de Educación para la Ciudadanía pero sí de la asignatura de religión y sobre todo del concepto de "laicidad", un término y sus derivados que, para Blázquez, la sociedad actual utiliza erróneamente.

El presidente de la Conferencia Episcopal reclamó ayer un concepto de laicidad que, citando palabras del papa Benedicto XVI, "reconozca a Dios y a su ley moral, a Cristo y a su Iglesia, el lugar que les corresponde en la vida humana, individual y social". Blázquez criticó con dureza el significado que, para él, se da "en los tiempos modernos" a la laicidad, momento en que "ha recibido la significación de excluir la religión y sus símbolos de la vida pública mediante su relegación al ámbito de lo privado".

Ese concepto de laicidad "excesivo" implica para Blázquez "la exclusión de los símbolos religiosos de los lugares públicos". Y, citando al papa Benedicto XVI, explica que ese concepto que él considera erróneo "se expresaría en la separación total entre Estado e Iglesia; esta última no tendría derecho alguno a intervenir en temáticas referentes a la vida y a la conducta de los ciudadanos". La idea de laicidad que para Blázquez se tiene en la actualidad, conlleva "una visión no religiosa de la vida, del pensamiento, de la moral", una visión "en la que no hay sitio para Dios, para el Misterio que trascienda la pura razón, para una ley moral de carácter absoluto, vigente en todo tiempo y situación".

Ordenamiento político

En contraposición a la idea actual de laicidad, Blázquez propone lo que el Papa, llamó "sana laicidad". Según ésta, "a la Iglesia no corresponde indicar qué ordenamiento político y social es preferible", sino que "es el pueblo el que determina las formas más adecuadas de organizar la vida política". Así, según esta idea, "toda intervención directa de la Iglesia en este campo constituiría una injerencia indebida".

El presidente de la CEE recalcó, sin embargo, que "en ese marco" de sana laicidad "se comprende que sea garantizado el ejercicio de las actividades de culto, y también culturales, educativas y caritativas, de la comunidad de los creyentes". Sin embargo, para Blázquez esa idea de "sana laicidad" implica que la Iglesia se pronuncie "sobre los problemas morales que se plantean a la conciencia de todos los hombres; la Iglesia debe defender y promover los valores que dan sentido a la vida".

En su discurso a los obispos españoles, el obispo de Bilbao se mostró satisfecho con la sentencia del Tribunal Constitucional que el pasado febrero avaló la capacidad de los obispos para decidir la competencia de un profesor de religión, según criterios no laborales. Para Blázquez la sentencia "comprende" que, además de la formación académica y las aptitudes pedagógicas, el juicio sobre la idoneidad de un candidato a profesor de religión "se extiende" sobre la "conducta propia".

En esa línea, el presidente de la Conferencia Episcopal pidió a los padres, "los principales educadores", que soliciten la clase de religión católica para sus hijos, ya que "esta asignatura contribuirá al pleno desarrollo de la personalidad humana, que tiene por objeto la educación". La educación religiosa será uno de los temas a debatir esta semana en la Asamblea Plenaria.

El otro punto en la agenda de este encuentro es el auge de la inmigración en España y el papel de la Iglesia católica en este fenómeno que, para el líder de la CEE, "se ha convertido en una característica" de la sociedad española y en un "desafío". Blázquez habló del deber de la Iglesia de acoger a los inmigrantes, sobre todo a los católicos. "Queremos particularmente que nuestras comunidades cristianas estén abiertas como un hogar a los católicos llegados de otros países", dijo.

Ricardo Blázquez.
Ricardo Blázquez.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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