EE UU intenta despejar el temor ruso ante el escudo antimisiles
Moscú cree que el despliegue es un factor de desestabilización global
El plan de EE UU de crear un sistema de defensa antimisiles continúa provocando roces entre Washington y Moscú. Sin embargo, los dos viejos rivales de la guerra fría encauzaron ayer en un marco de diálogo sus discrepancias sobre la instalación de elementos del escudo antimisiles en Europa del Este. "Iniciamos una intensa temporada política en las relaciones ruso-norteamericanas", manifestó el presidente Vladímir Putin tras recibir al secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, en el Kremlin.
La visita de Gates, la primera que realiza a Moscú en calidad de secretario de Defensa, fue interpretada como una señal de que los retos planteados a bocajarro por el presidente Vladímir Putin a la Administración norteamericana el 10 de febrero pasado en Múnich no han caído en saco roto.
Gates propuso a sus interlocutores rusos "unirse como socio a nuestros planes de defensa". "La posición rusa sobre este asunto no ha cambiado", fue la lacónica respuesta del ministro de Defensa ruso, Anatoli Serdiukov. La cita con Gates fue la reunión internacional de mayor envergadura mantenida hasta ahora por Serdiukov desde su nombramiento en febrero.
"Consideramos que un Sistema Estratégico de Defensa Antimisiles es un serio factor de desestabilización, capaz de ejercer considerable influencia en la seguridad regional y global", añadió Serdiukov, que antes de ser ministro fue jefe del Servicio de Aduanas y empresario en el sector del mobiliario. Inasequible al desaliento, Gates anunció que "un grupo de expertos" continuaría las discusiones "sobre la defensa antimisiles y sobre otros temas de interés común".
Además, Gates detalló los campos de posible colaboración y mencionó las nuevas tecnologías y el intercambio de información preventiva. Se refirió también a la necesidad de "mejorar las posibilidades de nuestras fuerzas armadas para realizar maniobras conjuntas de defensa antimisiles durante operaciones militares, tanto pacificadoras como de otro género", según la agencia Itar-Tass.
Gates subrayó que el sistema de defensa antimisiles en Europa "no va dirigido contra Rusia ni contra ningún país", sino "contra agresores potenciales de Oriente Próximo y el Suroeste de Asia, cuyos líderes pueden llegar a utilizar un puñado de misiles balísticos para chantajear y provocar el caos". Los planes norteamericanos de utilizar misiles balísticos intercontinentales dotados de cabezas no nucleares provocan preocupación en Rusia, por cuanto, de ser lanzadas, pasarían en "la inmediata cercanía de las fronteras rusas", afirmó Serdiukov.
La semana pasada el primer vicejefe del Gobierno, Serguéi Ivanov, el anterior ministro de Defensa, manifestó que los planes de instalar elementos de un sistema de defensa antimisiles en Europa del Este "preocupan a Rusia" y calificó de "quimérico" el sistema de defensa. "Tanto más cuando se puede encontrar un contraargumento más barato y más productivo para este sistema", afirmó. Ivanov se mostró abierto al diálogo "allí donde esto es posible".
Las conversaciones de Gates en Moscú parecían indicar también que entre Rusia y EE UU se están dando pasos para un replanteamiento global del sistema de acuerdos de desarme, tanto en el aspecto convencional como nuclear. Serdiukov confirmó que en las conversaciones se habían tocado temas relacionados con el cumplimiento del Acuerdo de Armas Convencionales en Europa y que la parte rusa había subrayado la creciente inviabilidad de aquel acuerdo.
Armas ofensivas
Serdiukov se pronunció también a favor de la elaboración de un nuevo acuerdo entre Moscú y Washington para limitar las armas ofensivas estratégicas. Señaló también que "Rusia tenía intención de continuar el trabajo conjunto para su adaptación a la vista de la situación política actual y el nuevo nivel de las relaciones entre Rusia y EE UU". El acuerdo de limitación de armas estratégicas ofensivas expira en diciembre de 2009.
El calendario de los próximos meses incluye una visita de la secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice a Moscú y culmina durante la cumbre del G-8 con la reunión de Bush y Putin. El presidente ruso mencionó también otros encuentros en el marco del Consejo Rusia-OTAN.
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