El Inter, 18 años después
El cuadro de Mancini logra su 15ª Liga, y Zenga, Bergomi, Berti y Serena, copartícipes del triunfo anterior, en 1989, analizan la victoria de esta temporada
Cuando el Inter consiguió su última Liga, todavía no se había derrumbado el muro de Berlín, Sadam Husein no había invadido Kuwait, la República Checa y Eslovaquia eran un único estado y el euro estaba en estudio. Corría 1989. Massimo Moratti iba al estadio en bicicleta y Giovanni Trapattoni se sentaba en el banquillo. Consiguió en su tercera temporada un scudetto marcado por los récords. El de los puntos, 58 (la victoria se premiaba con dos), y el de la diferencia de goles a favor: 48. Una marca que el Inter de Roberto Mancini no ha batido todavía. La única. Ayer derrotó al Siena con dos goles de Materazzi y se proclamó campeón con cinco jornadas todavía por disputarse. Algo que no había pasado nunca. Tampoco que un equipo sumara tantos puntos: 84 hasta ahora.
"Nunca hubo un equipo tan fuerte. Miden casi todos 1,90 metros", dicen los ex jugadores
"Es una Liga ganada en el campo, no en los tribunales. La del año pasado no cuenta", afirma Walter Zenga, portero de aquel Inter de 1989 y ahora técnico del Al-Ain, de los Emiratos Árabes. Zenga se refiere al campeonato 2005-06, ganado por el Juventus, pero asignado al Inter tras el escándalo del Moggigate (compra de árbitros orquestada por el ex director general del equipo piamontés, Luciano Moggi).
Cuando se le pregunta por qué el Inter ha tardado 18 años en volver a ganar una Liga, Zenga no encuentra una respuesta. Giuseppe Bergomi, el capitán en 1989, tampoco. "Se ha intentado..., pero Moggiopoli demostró que era imposible ganar sin la ayuda de los árbitros", dicen. Nicola Berti y Aldo Serena son más críticos. El que fue también centrocampista de la selección lo achaca a la falta de continuidad. "Después de la Copa de la UEFA de 1998, Massimo Moratti se ha perdido y el club ha cambiado demasiados entrenadores: uno cada dos años. Mancini ha empezado a ganar ahora, en su tercera temporada", explica. Berti acaba de regresar a Italia después de colgar las botas y pasar unos cuantos años en "una isla perdida del Caribe". Aldo Serena, pichichi en 1989, habla de "presión". "Es algo parecido a lo que sucede en el Bernabéu. El Inter ha tenido un público muy crítico que nunca ha dejado de pensar en aquel equipo espectacular del curso 1964-65. Yo, que he jugado en el Torino, el Milan y la Juve, nunca sentí tanta presión como en San Siro", sostiene.
Zenga considera que la ausencia de la Juve de Primera no quita méritos al Inter. "Tiene razón Bergomi cuando dice que Vieira e Ibrahimovic han supuesto un cambio de calidad. De no haber bajado la Juve, no habrían vestido la camiseta del Inter. Pero son detalles, porque esta temporada el equipo ha dado una demostración de fuerza tremenda", analiza, Y agrega con cierta ironía: "Es cómodo decir que, sin la Juve y con el Milan penalizado , es fácil ganar. Lo difícil es endosar casi tres goles por partido a los adversarios y sufrir una sola derrota". El ex portero destaca la fortaleza física del Inter de 2007. "Hay una cosa que me ha llamado la atención: el espíritu de sacrificio que te hace recorrer 40 metros de campo para ir a recuperar el balón cuando vas ganando por 2-0. Se lo vi hacer a Maicon", afirma.
Berti, Serena y Bergomi coinciden con Zenga en que el Inter de Mancini es muy potente físicamente. "Nunca hubo una plantilla tan fuerte. Miden casi todos 1,90 metros", dicen. Serena destaca la calidad de la delantera, pero también la falta de personalidad en las competiciones europeas. "Crespo, Ibrahimovic, Adriano y Cruz han ido intercambiándose de maravilla. En 1989, si me lesionaba, me tenía que sustituir un canterano", comenta. "Pero falta la personalidad de los ganadores en los partidos decisivos. En Europa eso es necesario", advierte.
"Nuestra plantilla estaba compuesta por 13 o 14 jugadores. De tanto jugar juntos, nos conocíamos a la perfección", afirma Berti. Serena y Zenga están de acuerdo con él: "Nuestra fuerza fue la solidez defensiva y Lothar Matthäus. A veces tenía apagones, pero, cuando se le encendía la luz, te solucionaba los partidos", recuerdan. Suyo fue el gol que marcó al Nápoles y que dio el 13º scudetto al Inter. A Zenga, que no se pierde ni un partido de su ex equipo, le entra un poco de nostalgia: "En nuestro Inter había tres extranjeros [Brehme, Matthäus y Ángel Díaz] y ahora hay tres italianos. Es que el fútbol en dos décadas ha cambiado casi tanto como en un siglo". Los hinchas neroazzurri esperan no tener que esperar tanto para volver a celebrar un título de Liga.
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