Bilbao sufre el peor atasco de su historia
Bilbao vivió ayer el peor atasco de tráfico de su historia. Decenas de miles de conductores quedaron atrapados durante horas en los principales accesos a la ciudad tanto desde las márgenes derecha e izquierda como desde Vitoria y San Sebastián. La principal responsabilidad en esta jornada caótica la tuvo la rotura de una pieza de 50 toneladas en un puente peatonal en construcción a la entrada de la capital vizcaína, que no sólo saturó la autopista A-8 -el acceso más usado a la ciudad-, sino que dejó completamente inutilizado el cinturón de circunvalación a la misma de 35 kilómetros abierto hace poco más de tres años. En el momento más crítico, sobre las nueve de la mañana, las retenciones rondaron los 55 kilómetros -incluyendo las causadas por otro accidente en la A-68-, hasta convertir en una misión imposible el acceso a la capital por cualquiera de sus principales entradas.
Las retenciones alcanzaron los 50 kilómetros en su peor momento, ya que se colapsó todo el anillo de circunvalación
Azkuna pide perdón y promete depurar las responsabilidades de la constructora del puente peatonal sobre la A-8
La rotura de un puente y dos accidentes llegaron a bloquear todos los accesos a la capital vizcaína durante cinco horas
El tráfico lento persistió durante casi toda la jornada -pasadas las 20.30 los vehículos se hallaban prácticamente parados en unos cuatro kilómetros entre los tuneles de Malmasín y el puente roto-, ya que la pieza, que ocupaba un carril entero, no se retiró hasta entrada la noche para no entorpecer todavía más la circulación.
La situación se agravó con el accidente en la otra autopista de conexión con Bilbao, la A-68, en la que un siniestro múltiple en el que se vieron implicados hasta 18 vehículos a menos de un kilómetro de la conexión con la A-8 en Basauri, ocurrido a las 8.15, causó retenciones que llegaron a los 14 kilómetros: desde el peaje de Llodio a la entrada a Bilbao. Un total de 16 personas resultaron heridas leves. A una jornada que parecía predestinada al caos total, se sumó el incendio de un camión en el alto de Barazar, que quedó cortado durante una hora, bloqueando a quienes habían utilizado esta vía al enterarse del colapso en la A-68.
La pasarela peatonal en construcción que sufrió la rotura, sita en el barrio de Basurto, servirá para conectar con el centro a los vecinos de una zona periférica, Bentazarra. Una de las dos piezas del arco central del puente tenía fisuras desde la pasada semana, por lo que el Ayuntamiento, que encargó el proyecto a una constructora, ordenó el desmontaje de esta parte, que se iba a ejecutar en la madrugada de ayer. El director municipal de Obras y Servicios, Javier López Iturrate, explicó que el arco se hallaba ya prácticamente descargado en un camión -"una parte estaba ya apoyada y la otra se encontraba a dos metros de altura"- cuando se rompió y cayó sobre el vehículo.
El caos se extiende
La rotura de la pieza, que se produjo en una zona diferente a la de las fisuras, golpeó a su vez el eje del vehículo, que quedó inutilizado. "Ése fue el gran problema, porque si el camión no queda afectado, se retira la pieza y todo quedaba solucionado", afirmó López Iturrate. "Estaba claro que [el arco] estaba mal", admitió a renglón seguido.
Eran entonces las seis de la mañana -"quedaban minutos para terminar la operación" de desmontaje, precisó- y los tres carriles de la A-8 en dirección a Cantabria quedaron inutilizados. Los policías locales y los técnicos que estaban supervisando la operación ya se barruntaron el desastre de tráfico, toda vez que a las siete empieza la hora punta, en la que, aunque no haya ningún tipo de siniestro, la circulación se desarrolla lentamente. Hacia las nueve horas, el colapso era total: los conductores procedentes de la Margen Izquierda y de Cantabria formaban una enorme fila de vehículos completamente parados a lo largo de 15 kilómetros, hasta llegar a la altura de Gallarta. Ello se debió a que en esa dirección se habilitó un by-pass que reducía los tres carriles a dos, con el fin de que el tráfico a Cantabria tuviese una salida.
El caos se fue extendiendo con rapidez al corredor del Txorierri, que cierra el anillo de circunvalación en Bilbao, que llegó a estar totalmente colapsado entre el puente de Rontegi y el barrio de Erletxes, en Galdakao, donde conecta con la A-8. Mientras, los vehículos procedentes de Vitoria se hallaban bloqueados por el accidente en la A-68. Aunque los conductores eran advertidos por la Ertzaintza de que se dirigiesen por la carretera a Francia por Arrigorriaga, luego se topaban con el atasco en la A-8. "Recorrer esos 14 kilómetros me costó una hora y cinco minutos para luego encontrarme con el atasco en la A-8", afirmaba un vecino de Vitoria.
Los atrapados en la A-8 hallaban aún más motivos de indignación. "He tardado dos horas y media en ir de Gallarta a Zamudio", señalaba un joven de Ortuella que normalmente emplea menos de media hora en ese trayecto. "Lo alucinante es que las pantallas de la autopista no te indicaban lo que pasaba para tomar otra carretera", se quejaba otro automovilista.
Una obra subcontratada
Autobuses de colegios en Zamudio, como el Vizcaya, cuyo recorrido discurre a lo largo del corredor del Txorierri, llegaron a recoger a los alumnos en localidades de la Margen Izquierda con una hora y 40 minutos de retraso sobre su horario habitual.
Algunos afectados pudieron sortear parte del atasco. "Llamamos a la Ertzaintza para confirmar cómo era el atasco y nos recomendaron no ir por la mañana a Bilbao y, si no había más remedio, viajar por Barazar. Así que dimos la vuelta, regresamos a Vitoria y buscamos la salida a Bilbao por el puerto de Barazar. Al final conseguimos entrar en la ciudad. Tardamos hora y media", comentaba Eduardo, vecino de Vitoria.
Los taxistas de Bilbao siguieron la jornada a través de su servicio de radio y comentaban sorprendidos la magnitud del colapso. "¿Puedo entrar por Sabino Arana?"; "¿cómo está la bajada de Enekuri?"; "la caravana llega a Castro"; "totalmente colapsada la bajada al Casco Viejo por Zabalbide", eran algunos de los mensajes. Los autobuses urbanos vieron radicalmente alterados sus horarios, que se anuncian puntualmente en un panel luminoso junto a las paradas. Ninguno pasó a la hora.
El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, pidió perdón y prometió que se depurarán las posibles responsabilidades de la empresa adjudicataria, Pavisa, que había subcontratado toda la operación de montaje y colocación de la pieza del puente a la firma Alvisa, de Huesca, especializada en estas labores. Ante las quejas por la ejecución de la obra en día laborable, Azkuna afirmó que en fines de semana "las noches son más peligrosas porque hay un tipo de circulación diferente".
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