El Rey pide en Luxemburgo reactivar la Constitución europea

El rey Juan Carlos lanzó ayer un llamamiento en defensa de "la sustancia y los equilibrios que recoge el Tratado Constitucional" de la Unión Europea, cuyo futuro ha quedado en suspenso tras ser rechazado en referéndum por Francia y Holanda. Lo hizo desde la convicción de que "el mejor futuro para los europeos está en una Europa integrada", al iniciar su segunda visita de Estado a Luxemburgo, 27 años después de la primera.

La construcción europea es el banco de pruebas para las relaciones de España y Luxemburgo, dos países que, al margen de afinidades familiares entre las respectivas casas reinantes, presentan pocos contenciosos y un contexto limitado de relaciones económicas. Europa es, por ello, el tema central de esta visita, que se prolongará hasta el miércoles. De Europa hablaron ayer ampliamente el rey Juan Carlos y el Gran Duque Enrique, durante los discursos de brindis que pronunciaron en la cena de gala.

El acento estuvo en las coincidencias de enfoques, que el jefe de Estado luxemburgués precisó en el hecho de que España y Luxemburgo son los dos únicos países europeos que han ratificado en referéndum la Constitución y que posteriormente se unieron para convocar en Madrid, a comienzos de este año, a los 16 países restantes que ya han cumplido el mismo trámite por otras vías.

El objetivo es apoyar "una solución de consenso y de mayor voluntad de integración", precisó el Rey, que destacó otras posiciones compartidas, como el interés común de los dos países por desarrollar las competencias de la Unión Europea en materia de seguridad y justicia, y su empeño también compartido en potenciar la diplomacia multilateral y la solución de conflictos en el seno de Naciones Unidas.

También hubo referencias a la economía, donde pese a realidades como Arcelor -el primer grupo siderúrgico mundial, surgido de la fusión de la española Aceralia, la luxemburguesa Arbed y la francesa Usinor- los intercambios comerciales apenas suman 400 millones de euros al año, con un saldo deficitario para España.

Paraíso fiscal

Subsiste un contencioso, porque Madrid sigue denunciando a Luxemburgo como paraíso fiscal, en el que anualmente recalan ya unos 20.000 millones de euros de procedencia española. El Ministerio de Asuntos Exteriores reitera que el problema está encauzado a través de conversaciones "técnicas", por las cuales el Gobierno luxemburgués se ha comprometido a reformar su sistema para el año 2010, aunque, el tema, aclararon, no está en la agenda de esta visita.

Este viaje real significa, ante todo, la devolución de la visita que el Gran Duque Enrique hizo a Madrid en 2005, tras suceder a su padre. Fue su primer viaje de Estado, como también eligieron los Reyes Luxemburgo para su primer viaje de Estado, en 1980. La ocasión es pues, ante todo, protocolaria, con amplio margen para celebrar las raíces cubanas y santanderinas de la Gran Duquesa María Teresa y seguir el ceremonial de este pequeño Gran Ducado, que, con apenas medio millón de habitantes, ha dejado huella en Europa con personalidades políticas como Gaston Thorn, Jacques Santer, o el actual primer ministro, Jean Claude Juncker, quien desempeñó un papel decisivo en la aprobación de la Constitución europea.