Insignes ausentes

La plaza de la Lealtad de Madrid, sede de la Bolsa española, no es un lugar recomendable para corazones delicados. Y últimamente, menos, con los sustos de la OPA de Endesa y la dimisión virtual del presidente de la CNMV, Manuel Conthe. Pero justo el patio de operaciones de la Bolsa de Madrid fue el escenario elegido por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para escenificar la presentación de su primer informe económico anual.

El lugar donde se negocian unos 6.000 millones de euros al día congregó a buena parte de los que mueven los hilos de esa enorme cantidad de dinero y bastante más. En primera fila, el presidente de Telefónica, César Alierta; el presidente del Santander, Emilio Botín; el consejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri; el presidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez; el de ACS, Florentino Pérez; el de Sacyr, Luis del Rivero, y Pedro López Jiménez, presidente de Unión Fenosa. Rafael del Pino (Ferrovial), Isidre Fainé (La Caixa), Josep Oliu (Sabadell), Antonio Vázquez (Altadis) o Juan Quintás (cajas de ahorros), ocupaban también puestos destacados entre los más de 200 invitados.

Medio Gobierno y los presidentes de las grandes empresas arroparon al presidente

No estaba ninguno de los dos personajes más polémicos de los últimos tiempos, Manuel Pizarro, presidente de Endesa y consejero de la Bolsa, ni Manuel Conthe, presidente de la CNMV. Tampoco el presidente del BBVA, Francisco González, que estaba a 50 metros de la Bolsa, en una conferencia sobre Latinoamérica, en la que luego se encontró con el vicepresidente económico, Pedro Solbes. Los presidentes de Iberdrola, Ignacio Galán, y Repsol, Antoni Brufau, no acudieron por encontrarse fuera de España.

Sí acudió otro de los protagonistas de la OPA de Endesa, José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, y el representante de su aliado italiano Enel, Miguel Antoñanzas. Otros sectores estuvieron representados por Amparo Moraleda (IBM), Juan José Hidalgo (Air Europa) y Jesús de Polanco (Grupo PRISA, editor de EL PAÍS).

La presencia de los presidentes de los reguladores de las telecomunicaciones, Reinaldo Rodríguez, y de la energía, Maite Costa, acentuaban la ausencia de Conthe. La CNMV estuvo representada por su vicepresidente, Carlos Arenillas, que departió animadamente unos momentos con Zapatero en el cóctel posterior a la presentación. El presidente del Gobierno conversó también con Alierta (cuya compañía elogió en público sin citarla durante su discurso), Álvarez, Botín y otros asistentes en el Salón de los Pasos Perdidos, que vivió una alta concentración de ministros por metro cuadrado. Además del presidente y los dos vicepresidentes, acudieron al acto también los titulares de Trabajo, Industria, Fomento, Vivienda, Sanidad y Educación. Medio Gobierno.

De los agentes sociales sólo acudió el presidente de la CEOE, José María Cuevas. Cándido Méndez, secretario general de UGT, y José María Fidalgo, de CC OO, se excusaron por "problemas de agenda".

Al líder de IU, Gaspar Llamazares, no le gustó el marco elegido por Zapatero. Pidió que comparezca en el Congreso, en lugar de hacerlo en la Bolsa, para hacer un "balance más crítico de su política económica y social". Para el PP, el informe de Zapatero está "vacío" y "sin contenido", y no se dirige a los ciudadanos, "sino a las grandes empresas". Mientras Zapatero hablaba, flanqueado por Pedro Solbes (recién aterrizado de Washington) y David Taguas, las pantallas mostraban las cotizaciones de las empresas en verde, el color alcista. ZP dio suerte a la Bolsa: al cierre del día, máximo histórico.