Elecciones en la provincia 20
Los 10.000 uruguayos en Galicia eligen portavoces frente a su Gobierno
La provincia número 20 se llama diáspora y es, después de Montevideo, la más importante. Está formada por unos 700.000 uruguayos (las otras 19 provincias suman poco más de 3 millones) y Galicia viene a ser uno de sus municipios más importantes. Aquí residen 10.000 uruguayos, la mayoría concentrados en Vigo (unos 2.500), pero también en A Coruña (unos 1.800), Santiago (300) y Carballo (unos 700), porque Carballo, desde principios del XX, también emigró masivamente a Uruguay.
Ayer, de diez de la mañana a diez de la noche, la colonia de esta república occidental, la segunda más importante en España después de Cataluña, estaba llamada a votar. El nuevo gobierno de Tabaré Vázquez ha invitado a las comunidades en el extranjero a elegir representantes y formar consejos consultivos que se integrarán en otro superior, el de la provincia 20, que podrá participar directamente en la política uruguaya. Galicia tiene derecho a ocho consejeros y ayer, los uruguayos residentes los escogieron entre 23 candidatos.
Pero la participación no fue tan alta como se esperaba. La Berenguela tocaba las cinco y la mesa electoral de la asociación La Banda Oriental se aburría como nunca. En toda la mañana, en la sede compostelana sólo habían ejercido su derecho a voto 30 uruguayos. "Es que la gente está en la playa", se lamentaba el presidente de la asociación y candidato en estos comicios, el ex céltico Carlos Moreira, que ayer vestía de celeste por eso del derby.
"Eso, y que se empeñan en poner las votaciones en domingo: si las pusiesen entre semana y diesen el día libre para ir a votar seguro que veníamos todos". Esto último lo decía Silvia, inmigrante desde hace tres años y todavía sin papeles, pero ya con ganas de volverse para allá. Esto lo decía Silvia, sí, y todos los presentes se mostraban de acuerdo, pero enseguida lanzaba otra teoría: "La verdad es que yo creo que, si la gente no viene a votar hoy es porque en nuestro país es obligatorio y aquí decimos 'para un día que no me multan y no me quitan la pensión si no cumplo... pues ¡hala!, no voy'".
Visto el éxito de la asociación santiaguesa, ayer a media tarde parecía claro que el comité de ocho representantes quedaría al final integrado por los candidatos de Vigo y de A Coruña. Y eso que, por la mañana, cuando montaron la mesa, los compostelanos tuvieron mucho cuidado de colocar junto a la urna de cartón, presidiendo la escena, esa escultura del gaucho que tienen como talismán. Como si fuera un san Pancracio, le colaron un billete de cinco euros bajo el brazo, pero ni con ésas se volvió prolífica la jornada. "Hubo que cambiar la urna cuatro veces", contaba Moreira mostrando al tiempo la nueva, hecha con una caja de la Barquillera Coruñesa, "pero no porque las tres primeras se llenasen, sino porque se rompieron todas".
Alarmado por la floja participación del 10%, Carlos Moreira decidió salir a "buscar los votos": "No os extrañéis. Eso es algo normal en Uruguay. Los políticos traen y llevan a la gente a los colegios electorales y la invitan a asado al cuero" (un churrasco en el que la vaca se cocina con la piel, a veces enterrada bajo el suelo y con las brasas encima).
En la asociación de uruguayos 25 de Agosto de A Coruña, la jornada transcurría algo más animada. El vocal del colectivo, Milton Pérez Comba, contaba por teléfono, a las seis de la tarde, que en ese preciso momento había unas treinta personas votando en su sede. "Eso sí, de estas treinta, doce todavía están ilegales en España".
De los 10.000 uruguayos que ayer podían participar en la elección, al menos 2.000 no tienen papeles. Para votar no necesitaban "más que presentar la cédula de identidad" de su país.
"Ése es uno de los grandes problemas que tenemos los uruguayos acá, y uno de los que más nos van a ocupar cuando formemos el consejo consultivo", explicaba Milton Pérez. "Aunque ya se sabe que hoy en día no tiene cabida una cosa así, queremos conseguir algún acuerdo inspirado, al menos, en el Tratado de 1870 entre España y Uruguay, por el que los ciudadanos de ambos países podían circular libremente".
Entre los uruguayos de este lado del charco se extiende la leyenda de que el tratado sigue en vigor. "El Gobierno español no le hace caso, pero sí que es válido, porque nunca se derogó", protesta Silvia, formulando más que una certeza, un deseo, y es que hace ya mucho tiempo que el Tribunal Superior sentenció que esa bicoca legal era una antigualla sin vigencia alguna.
Detrás de los argentinos
Los uruguayos representan, tras los argentinos, la segunda comunidad de inmigrantes más numerosa en Galicia. En muchos de los casos, se trata de lo que ellos llaman "retornados": hijos y nietos, nacidos allá, de gallegos que emigraron a Uruguay, fundamentalmente desde localidades costeras.
En España, solamente Madrid, Galicia y Cataluña (la colonia más numerosa, con 22.000 miembros) cuentan con un cónsul uruguayo. Aquí, el diplomático, Gonzalo Konke, reside en Santiago, y junto con el honorario, que vive en Vigo, siguió muy de cerca las votaciones de ayer. El consejo consultivo trabajará a partir de ahora con él para evitar que se lleven a término los "numerosos expedientes de expulsión de uruguayos" que, según Milton Pérez, "tiene abiertos el Gobierno español". Además, el consejo también pretende buscar "vías de colaboración" con el Gobierno de Uruguay para promocionar la cultura de aquel país en España. "Porque somos algo más que Benedetti y Galeano".
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