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Crónica:Fútbol | 30ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Imprescindible Urzaiz

El ariete, con dos goles de cabeza en 45 minutos, salva al Athletic frente al Espanyol

Pasaron 45 minutos sin pena ni gloria. Bueno, con alguna pena y alguna gloria. La segunda le correspondió al díscolo brasileño Jonatas, que marcó un gol desde medio campo, algo que nunca se olvida, suceda lo que suceda. Porque sucedió que la pena le correspondió al portero Aranzubia, que andaba paseando por el área, desenchufado, descosido del encuentro, y convirtió aquel gol inesperado (en el minuto 5) en el gol tonto de la jornada y probablemente de la temporada. Hubo otra pena y otra gloria. La pena se la llevó Aduriz que vio como el larguero devolvía un voleón impresionante que de haber hallado la red -visto como estaba el público-, hubiera echado abajo el graderío. La gloria, fue para Kameni al que nunca un poste le salvó tanto. Entretanto, mucho oficio del Espanyol, bien dirigido por Costa (un tipo muy tranquilo), frente a la impericia habitual del Athletic, muy sobrepasado en el centro del campo.

ATHLETIC 2- ESPANYOL 1

Athletic: Aranzubia; Expósito, Prieto, Sarriegi, Amorebieta (Yeste, m. 65); Garmendia (Urzaiz, m. 46), Iraola, Murillo, Gabilondo (Iturriaga, m. 71); Etxeberria y Aduriz. No utilizados: Lafuente, Llorente, Javi González y Dañobeitia.

Espanyol: Kameni; Velasco, Jarque, Lacruz, David García (Torrejón, m. 63); Rufete (De la Peña, m. 81), Costa, Jonatas, Moha; Coro y Pandiani (Luis García, m. 72). No utilizados: Iraizoz, Zabaleta, Riera e Ito.

Goles: 0-1. M. 4 Jonatas sorprende a Aranzubia, desde medio campo. 1-1. M. 62. Urzaiz peina un saque de falta de Iraola. 2-1. M. 78. Urzaiz cabecea un libre indirecto de Yeste.

Árbitro: Rodríguez Santiago. Mostró tarjeta a Urzaiz, Etxeberria, David García y Velasco.

Unos 38.000 espectadores en San Mamés.

Pero salió Urzaiz y mandó parar. El grande, como le llaman futbolistas y entrenadores, es un tipo singular: a sus 35 años juega más de lo que todos creen, corre más de lo que muchos piensan y tiene la virtud de alterar los partidos, positivamente para sus compañeros, negativamente para el rival. Con Urzaiz en el campo, el Espanyol se llenó de dudas, el árbitro sintió un orfeón de 40.000 voces en sus oídos, el partido se calentó, los rojiblancos encontraron la referencia necesaria ante su falta de ideas y el Espanyol tuvo que ir alterando sus planteamientos por obra y gracia del ariete navarro.

En cinco minutos, Urzaiz cambió el partido. Se asomó al remate en dos ocasiones (lo que conllevó que la defensa del Espanyol diera un par de pasos atrás), protestó (tarjeta de por medio) un penalti (que no fue) de Velasco, aunque todo San Mamés se convenció de haberlo visto. Y a la tercera fue la vencida. Un buen centro de Iraola, al primer poste, lo peinó a la red, con el Espanyol mirando a sus espaldas. Todo había cambiado. Bien es verdad que antes Coro, un delantero rápido e incisivo, se marcó una galopada desde su campo, dejando al Athletic con la lengua fuera hasta que Amorebieta se interpuso en su camino. Era un duelo de la cabeza contra piernas. La cabeza de Urzaiz para llevarse todo lo que llovía (no siempre en buenas condiciones) y las piernas de Coro para ganar a todo el que le perseguía. Pudo replicar el delantero espanyolista en otra tremenda galopada de 60 metros que salvó Aranzubia, por dos veces, comenzando a remedar su inicial error. Y como no lo consiguió, pues Urzaiz volvió a volar y a rematar un centro frontal de Yeste. La defensa del Espanyol (ya recompuesta) volvió a hacer la estatua. Urzaiz, que renació en el Espanyol, en 1995, rompió a uno de sus ex equipos. Después, el perdón le llegó a Aranzubia, con dos intervenciones finales que evitaron el empate y le rescataron del oprobio de la grada.

Valverde, con el equipo renovado, fue dando entrada a sus titulares sin éxito. El Athletic volvía a aprovechar las urgencias físicas de sus rivales europeos, aunque tuvo que echar mano de su imprescindible Urzaiz.

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