Chile pierde fuelle

La economía chilena se ralentizó hasta el 4% el curso pasado. La disminución en las tasas de inversión, una contención del gasto público y problemas coyunturales como paros en la minería y el abastecimiento de gas frenaron el dinamismo del último lustro, cuando el país duplicó su PIB per cápita. A pesar de este revés, Chile podría recuperar fuerzas este año y crecer el 5%.

Los bancos de inversión y los analistas privados pronostican que el crecimiento económico chileno será mayor este año, cercano al 5%

La contención del gasto público, los paros en la minería y los cortes en el suministro del gas frenaron el dinamismo de los últimos cinco años

La reciente revisión de las cuentas fiscales chilenas ha mostrado que el crecimiento del PIB de 2006 fue del 4%, dos décimas menos que la cifra presentada a comienzos de año. Este crecimiento significa un fuerte parón sobre el 5,7% logrado en 2005, y según los datos es la mayor ralentización de esta década. Para este año los bancos de inversión y analistas privados esperan que el crecimiento sea algo mayor, aunque la cifra no debería estar muy lejana del 5%.

Chile ha sido uno de los países con mayor crecimiento de Latinoamérica durante esta década. A partir del año 2003, una combinación de elevados precios del cobre, inversión extranjera y demanda interna ha logrado que la economía creciera a tasas cercanas al 6%. Los datos indican, además, que el PIB per cápita se ha duplicado en tres años, llegando hasta los 8.900 dólares, una cifra que le sitúa a la cabeza de los países latinoamericanos pero que sólo representa la mitad de la media de las naciones integrantes de la OCDE.

Situaciones coyunturales

La reciente ralentización de la economía chilena se debe principalmente a situaciones coyunturales, como los paros que afectaron a la minería del cobre -Chile es uno de los principales productores de metal-, el impacto de los cortes del gas proveniente desde Argentina y el alza del precio del petróleo, que durante la mitad del año superó los 70 dólares el barril.

No obstante, otros expertos advierten que el PIB ha crecido menos que en 2005 debido a factores más estructurales. Uno de los principales problemas detectados ha sido la disminución de la inversión. Los datos del Banco Central chileno indican que durante el año pasado este indicador creció sólo un 4% en 2006, tras mantener tasas del 25% a lo largo del año 2004. Las nuevas cuentas indican, además, que actualmente la inversión representa sólo el 24% del PIB, frente al 29%. Históricamente la inversión extranjera ha sido uno de los ejes del desarrollo productivo chileno.

También ha afectado al PIB la baja inversión estatal. Chile se rige bajo una regla de superávit estructural del 1%. Esto significa que, en base a unos criterios de proyección de ingresos, el Estado planifica su gasto fiscal y establece una política contracíclica para ayudar a la economía cuando no va bien y contraer el gasto cuando las cosas mejoran. En base a esta regla, muchos economistas creen que el año pasado el Estado podría haber invertido más sin ser excesivamente ortodoxo con su regla fiscal puesta en marcha en 2000.

Reforma del Estado

El caso es que a pesar de que el país ha realizado importantes reformas laborales y algunos ajustes fiscales, en el sector privado se siguen pidiendo mejores condiciones y una postergada reforma del Estado, así como favorables condiciones para la inversión. El Ejecutivo ha lanzado recientemente el plan Chile Invierte, que busca acercarse a tasas de crecimiento del 6%. Con un costo de 720 millones de dólares, el proyecto tiene una serie de medidas concretas para mejorar el clima de negocios.

El Gobierno ha anunciado la posibilidad de descontar de los impuestos hasta un 50% de las inversiones en activos de las empresas. También se han incluido en este paquete nuevas ayudas para las pymes y para garantizar las inversiones. El objetivo es depender más de la entrada de capitales y del desarrollo de nuevos negocios que de las exportaciones y el consumo, que creció un 6% en 2006.