El destino que pudo ser

¿Qué hubiera pasado si...? Es una pregunta a la que casi nadie se resiste, ya sea sobre un hecho personal o colindante. Un juego ficcional, éste del imaginar-especular, que también ha interesado a algunos historiadores, especialmente en los últimos años, para tratar de establecer hipotéticas coordenadas geopolíticas. Y Philip Roth (Nueva Jersey, 1933) no ha sido ajeno a esa tentación tan humana. Sólo que el novelista estadounidense de origen judío hizo esta ucronía con un episodio que involucraba a su raza y cultura perseguida en el siglo XX por Adolf Hitler. Roth juega con la idea de que F. D. Roosevelt hubiera sido derrotado en las elecciones de Estados Unidos en 1940 por el piloto de aviación y héroe nacional Charles A. Lindberg. ¡Una catástrofe que hubiera cambiado el curso de la historia! Porque Lindberg había mostrado cierta admiración al Führer. Lo cual convierte La conjura contra América en una novela de gran astucia literaria y documento histórico por lo que tiene de repasar parte del pasado clave del siglo XX desde otra dimensión (el libro ofrece un apéndice con la cronología real de los personajes y algunos documentos).

Desde la primera línea, Roth desdobla el tiempo. Bifurca aquel presente de 1940 llevando al lector por una dimensión paralela donde todo acontecerá. Presto de su gran realismo, el novelista despliega sus habituales recursos literarios, empezando por un narrador en primera persona, él mismo de niño que ve, pregunta y cuenta los hechos que envuelven a su familia y al vecindario en Newark, donde nació. Ello con sus esperadas descripciones de detalles y anécdotas. Una vida cotidiana ensombrecida por el temor que se despliega ante los ojos del lector que lo ve todo. Que lo presiente todo, al igual que los personajes de la novela.

Junto a esa historia virtual, Philip Roth (con la cual obtuvo el W. H. Smith Award al Mejor Libro del Año 2004) expone sus teorías sobre el mundo, la política, la guerra, la religión, la familia y la convivencia. Y, sobre todo, acerca del mal que puede incubar la indiferencia o el desdén.