El Espanyol se salva de la quema
Gorka y los palos le dan el pase a las semifinales al equipo de Valverde
El Espanyol se salvó de la quema en Lisboa, pero acabó cantando por segunda vez en su historia el pase a las semifinales de la Copa de la UEFA, 19 años después de la epopeya de la final ante el Bayer Leverkusen. Se salvó de la quema en Benfica tras jugar un partido en plan resultadista. Se salió con la suya aunque sufrió lo indecible.
BENFICA 0 - ESPANYOL 0
Benfica: Quim; Nélson (Derlei, m. 80), Anderson, David Luiz, Léo; Petit, Rui Costa, Karagounis (Katsouranis
m. 81); Miccoli, Nuno Gomes (Mantorras, m. 69) y Simâo. No utilizados: Moretto, Mantorras, Miguelito, Manu y Joâo Coimbra.
Espanyol: Gorka Iraizoz; Zabaleta, Jarque, Torrejón, Chica; Moisés Hurtado, Ito (Costa, m. 53); Luis García, De la Peña (Jônatas, m. 77), Riera; y Pandiani (Coro, m. 70). No utilizados: Kameni, Velasco, Lacruz, y Moha.
Árbitro: Claus Bo Larsen (Dinamarca). Mostró la cartulina amarilla a Rui Costa, Ito, Luis García, De la Peña y Zabaleta.
Unos 60.000 espectadores en el estadio Da Luz.
Amarró pero ni armó su juego ni evitó la amenaza primero sólo ligera y en los últimos 25 minutos constante y dramática de la eliminación. El Benfica se fue animando a medida que pasaron los minutos y pasó de hacer planear la posibilidad de marcar el gol que le bastaba para pasar la eliminatoria a jugar al pim pam pún con Gorka y los palos. El portero del Espanyol acabó convirtiéndose en la referencia del equipo en un reflejo de hasta qué punto reculó y quedó expuesto a la puntería portuguesa.
Gorka apenas entró calor en el primer tiempo. Rechazó un buen tiro cruzado de Simao, a un suspiro para el descanso le fue del canto de un duro para no cometer penalti al lanzarse a los pies de Nuno Gomes cuando entraba en el área como Pedro por su casa. Pero los dos pasajes aislados se convirtieron en la última media hora en una traca de ocasiones para el Benfica. El primer chupinazo lo desactivó Gorka al rechazar un remate a quemarropa de Nuno Gomes. Acto seguido el Benfica gastó su mejor pólvora con dos tiros a los palos de manera casi consecutiva. El Espanyol estuvo contra las cuerdas porque jugó mal, excesivamente a defenderse y a salvaguardar la mínima ventaja de la ida.
Valverde empezó como acabó el partido de ida, cuando el Espanyol tuvo que templar gaitas ante el arreón con el que el Benfica limitó los daños del vertiginoso 3-0 con el que arrancó el pulso en Montjuïc. Dio entrada a Ito junto a Moisés en el doble pivote para filtrar el caudal de juego ofensivo del Benfica, adelantó a De la Peña a la media punta, dejó a Rufete en la grada, calzó a Luis García en la banda derecha, mantuvo a Riera en la opuesta y Pandiani, en ausencia de Tamudo, operó como ariete. Se olía Valverde que el Benfica también iba a darle carrete a Rui Costa, que a sus 35 años apenas juega, pero que en Montjuïc, tras relevar a Coimbra, acertó a darle vida ofensiva a su equipo.
Ito se consumió en la tarea de echarle el lazo a Rui Costa y no consiguió darle salida al balón cuando pasaba a poder del Espanyol. El cortocircuito afectó a De la Peña que se gastó más corriendo como un toro embistiendo para incomodar a la defensa portuguesa que dando forma al juego de los suyos. Aun, así, en los primeros compases del partido Pandiani, envió un remate al palo contrario. Para suerte del Espanyol, el Benfica no administró con criterio la abundante ración de cuero de la que gozó. A Rui Costa le costó demasiado desengancharse de Ito. A Petit le sucedió lo mismo que a Ito y no sacó el juego limpio desde atrás. El único que sacó chispas fue Simao. El Benfica apretó en la segunda parte, a medida que el Espanyol se desmoronaba y sólo la entrada de Costa, Coro y Jonatas reanimó a un equipo que rozó la asfixia pero que se metió en las semifinales de un torneo que está bordando y en la que permanece invicto.
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