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Entrevista:TINIEBLAS GONZÁLEZ | Cineasta

"Mi problema es que he sido siempre un inadaptado"

A finales de mayo está previsto que arranque en cloacas, colectores y galerías subterráneas de Bilbao el rodaje de ASD (Alma sin dueño), el primer largometraje de Tinieblas González (Orense, 1972). El cineasta criado en Llodio y afincado en Vitoria, cuyo primer corto (Por un infante difunto) fue premiado hace nueve años en el Festival de Cannes, debutará con una cinta de terror en la que una pandilla de grafiteros huye de un monstruo que anida en el corazón del metro y de los violentos vigilantes que guardan sus estaciones.

Pregunta. Su primer largo no parece un "poema visual", como presentó en su día el corto The raven.

Respuesta. No. Esto es un filme taquillero y comercial de cine fantástico, de género. Es la película que he querido hacer. P. ¿Va a rodar en inglés por razones comerciales?

"El cortometraje me parece de un gran potencial artístico, mientras que el largo lo veo más como un 'entertainment', un espectáculo"
"No me interesa la crítica, sino llenar los cines; que la gente joven vaya al cine sin ese pavor a encontrarse con una película española al uso"

R. Sí, porque hacerla en castellano nos limitaría. El cine está pasando por un momento tan triste, tan igual que siempre, de drama y comedia, que no vamos a hacerlo para la industria del cine aquí, sino para la gente que le gusta el género. Lo que nos interesa es que se vea en Japón y en muchos otros sitios donde normalmente el género viaja.

P. Pretende contribuir a descentralizar la producción de cine español. ¿No es una utopía?

R. No, al revés. No existe una producción verdadera, es una patraña y un monopolio. La utopía es pensar que en Madrid se pueden rodar todas las películas del mundo, que hayan mantenido esas 110 películas que se hacen allí al año y de las que realmente no funciona ni el 7%.

P. ¿Le han afectado la críticas que recibió por decir que en ASD tenía intención de "dar caña al Madrid antiguo, al fascismo antiguo"?

R. Quizás me ha retrasado un tiempo, por el hecho de que, a cualquier sitio al que iba planteando cosas, todo el mundo decía "no, tienes que quitar esto, tienes que evitarlo". Yo decía que no quería quitar nada, que no estoy haciendo una película realista para que se me obligue a ser verosímil, a ser histórico. Es una película de ficción y al final pondrá: "Nada de lo aquí contado tiene que ver con la realidad".

P. Asegura, sin falsa modestia, que su objetivo es llenar los cines.

R. Sin falsa modestia. Si no lleno los cines, es una pena. Hacer una película para que luego no vaya nadie a verla es como hacer una comilona para que no vaya nadie a degustarla. No me interesa tanto lo que pueda decir la crítica, lo que realmente me interesa es que la gente joven vaya al cine sin ese pavor a encontrarse con una película española al uso. ASD no tiene que parecerse a una española clásica, queremos huir de la estética ésa, que parezca una película sin nacionalidad.

P. Siempre ha defendido que le gustaría hacer largometrajes para sacar dinero con el que seguir haciendo cortos.

R. Sí, porque el lenguaje del corto te permite una movilidad total. Primero, porque nadie paga la entrada y puedes hacer lo que te da la gana, nadie te lo puede echar en cara y decirte "esto no me ha gustado". El cortometraje me parece de un gran potencial artístico, mientras que el largo lo veo más como un entertainment, un espectáculo.

P. Entonces, ¿por qué no ha rodado más cortos?

R. Por trabajo, directamente. Entre trabajos que te van saliendo, videoclips, esto y lo otro, ya no puedo hacer tantos cortos. Primero, porque tienes que buscarte tú la financiación, no ganas dinero y pierdes tiempo para trabajar. Y a nuestra edad tienes que ganarte la vida, pagar tu piso y tus cosas.

P. ¿Es el mundo y la vida tan oscuros como se refleja en sus producciones?

R. Lo veo más oscuro todavía. Vivimos en un momento en el que cada vez el mundo es más chungo. Es que no doy crédito. Y todos somos contribuyentes a que lo sea. Vemos tal cantidad de horror al día, que nos da igual. Creo que ni la alta o la baja Edad Media fue tan cruda. Ni la peste ha hecho tanto daño como el señor Bush. Veo la vida muy politizada, veo los medios de comunicación muy politizados, veo los comercios muy politizados, veo que la gente ya no sale de casa, que ya no se hermana, que todo el mundo desconfía de todo el mundo, veo mucha gente sola... Veo que nos estamos yendo a la mierda todos. Me parece que la sociedad actual es bastante triste, oscura, y veo un mundo de tinieblas.

P. ¿Le cambió la vida ganar en Cannes?

R. Sí, me cambió la vida. Yo vengo de Llodio, procedo de clase obrera, de pensar que iba a ser un quinqui, que mi vida no tenía ningún futuro, que no sabía hacer nada. Y, de repente, haces un corto, ganas en Cannes y dices, "voy a agarrarme aquí".

P. ¿No tiene la sensación de que dejó pasar una buena oportunidad de rodar su primer largometraje después del boom publicitario que siguió a ese premio?

R. Hombre, yo creo que mi tiempo fuerte fue antes. Me tendrían que haber dejado hacerlo antes, pero quizá era muy rebelde y no tragué. Y he seguido sin tragar. Quizá mi problema ha sido que he sido un inadaptado siempre. Vengo de un lugar en el que realmente eres lo que te haces valer, pero no tienes que hacerle la pelota a nadie. Quizás mis sueños no merecen tanto la pena como mi vida y mi personalidad.

P. ¿Montó su tienda de reptiles pensando en dejar el cine?

R. Sí. Era como decir que no me gratificaba luchar tanto en la vida para lograr tan poco y tener que abandonar tus convicciones por entrar en el juego.

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