Bronca por el bautizo

"El nombre se lo ha puesto una gaditana". La ministra de Fomento, la socialista Magdalena Álvarez, presumía el lunes en Madrid, tras firmar el contrato con las empresas adjudicatarias, de que el ambicioso segundo puente sobre la bahía gaditana se llamará como ella ha querido. El Puente de la Pepa. "Tendrá nombre de mujer y, además, es muy de Cádiz", ha explicado varias veces para justificar su decisión. Su decisión personal, que el Ministerio ha asumido como institucional, ha provocado una batería de críticas por el carácter "informal" de la propuesta y ha generado la airada reacción del Ayuntamiento de Cádiz, del PP, que ha llegado a pagar una campaña publicitaria para cambiarle el nombre.

Al Puente de la Pepa lo bautizó Magdalena Álvarez el 20 de mayo de 2006. Fue en los jardines de la subdelegación del Gobierno durante el acto de presentación de esta infraestructura. Era la primera vez que se veía el diseño de esta obra. Y también la primera vez que escuchaba su nombre. "Se llamará La Pepa", anunció la ministra. La decisión sorprendió. No había sido consensuada ni con propios ni con extraños. Tampoco se convocó ningún debate ciudadano. Y ni siquiera se había atendido una moción aprobada por unanimidad, incluidos los votos del PSOE, en el Ayuntamiento de Cádiz días antes en la que se proponía llamarle Puente de la Constitución de 1812.

A esa moción se agarra la alcaldesa gaditana, la popular Teófila Martínez, para mantener que "las fuerzas políticas que representan a los ciudadanos" ya habían elegido un nombre para el puente antes de que la ministra se pronunciara.

En realidad, en esa moción no se decidía la denominación de la institución sino que se instaba al Ministerio de Fomento, titular de la obra, a ponerle el nombre sugerido por el Consistorio en alusión al bicentenario de la Carta Magna, la primera de espíritu liberal, que se proclamó en Cádiz.

La ministra no atendió esa moción pero sí recogió en su decisión el mismo espíritu conmemorativo ya que La Pepa es el sobrenombre con el que se conoce popularmente a esa Constitución. Magdalena Álvarez insiste en que La Pepa es "cercano y querido" y confía en que los gaditanos acaben asumiendo su propuesta.

Desde aquel bautizo del 20 de mayo, el debate sobre el nombre del puente ha estado en muchas mesas. Incluso lo llevó a la Cámara Alta el senador gaditano y teniente de alcalde de Hacienda de Cádiz, José Blas Fernández. En junio solicitó conocer quién había decidido denominar al segundo puente sobre la Bahía de Cádiz Puente de la Pepa y quiso saber si fue una decisión unilateral del Ministerio de Fomento o se había consensuado con alguna otra institución. La respuesta se limitó a decir que el nombre es "un reconocimiento al papel de Cádiz en la Historia del Constitucionalismo español y que ha sido el Ministerio de Fomento, titular de la infraestructura, el que ha entendido que era la mejor denominación en atención a la proximidad de la celebración del segundo centenario de la aprobación de la Constitución de 1812 por las Cortes de Cádiz".

Para José Antonio Barroso (IU), el alcalde de Puerto Real, municipio por el que discurre más de la mitad del trazado del puente, la del nombre es "una controversia ficticia". "La polémica tiene más que ver con la política de gestos de PSOE y PP que con los problemas reales de la bahía", apunta Barroso, quien se queja de que esta discusión haya sustituido al "verdadero debate: el de si ésta era la infraestructura más adecuada para mejorar las comunicaciones" de la comarca.